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Cerca de 120 piezas que ilustran la historia de China, con cinco mil años de antigüedad, se exhiben en la sala dedicada a esta cultura ancestral, en el Museo Nacional de las Culturas, que ha sido renovada para ofrecer al público un recorrido por lasdiferentes tradiciones religiosas y artísticas de este país, que han dejado huella en el desarrollo del resto de las naciones del orbe.
Con la curaduría de la antropóloga Silvia Seligson, la Sala de China está estructurada en tres secciones que abordan las Creencias tradicionales, el Florecimiento cultural y el Intercambio comercial a través del famoso Galeón de Manila, que por más de 250 añosnavegó desde Filipinas —donde se concentraban las mercancías de gran parte de Asia— a México.
En el primer núcleo temático —detalló la especialista— sobresale la concepción de la vida y la muerte, que se ilustra con ofrendas funerarias que fueron cambiando según las dinastías que gobernaron el imperio chino.
Por ello, se exhiben esculturas de cerámica vidriada y bronces rituales que seusaban para colocar las ofrendas de alimentos, de vino o de agua. “Hay más de 54 tipos de bronces según la función que cumplían y son piezas extraordinarias por las técnicas con las cuales se elaboraron tres mil años atrás”.
Se presentan también ofrendas de figuras humanas y recipientes de diseños zoomorfos, que acompañaban a los muertos hacia su otra vida. Entre ellas están dos famosos Guerrerosde terracota, que reciben al visitante en la sala.
“Otro elemento distintivo de la cultura china son los jades, a los que les han atribuido poderes curativos, de larga vida y de inmortalidad. Una pieza extraordinaria que ilustra esta idea es un traje mortaja elaborado con más de 2,500 placas de jade unidas con hilos de oro. Se trata de la mortaja del príncipe Liu Sheng, de la dinastía Han delOeste (206 a.C.- 8 d.C.)”.
En esta primera sección se abordan las dos creencias tradicionales autóctonas de China: el taoísmo y el confucianismo, relacionadas con temas que tienen que ver con la muerte. Un ejemplo es el Biombo de Coromandel (siglo XIX), de madera laqueada, que ilustra escenas del Festival de Muertos, que en China se celebra en abril, además de un relieve en madera labrada querecrea el Pabellón Dacheng, de fines de la dinastía Qing (1644-1911), un trabajo muy fino y delicado.
Asimismo, se exhiben dos jarrones, uno recubierto con laca y otro de porcelana verde, así como una escultura en madera tallada, que tienen la representación de Shoulao, dios de la longevidad.
La segunda sección denominada Florecimiento cultural, está enfocada en un momento histórico muyimportante para China, que fue cuando se estableció la ruta de la seda, en el siglo II antes de nuestra era, y que ligó el imperio romano con el chino por más de 4,500 kilómetros a través del desierto y por donde circularon varias mercancías, entre ellas la seda, que fue invento chino y cuya técnica, desconocida por siglos, era muy apreciada.
“Uno de los objetos que recibían los chinos a cambio de laseda eran los corceles pura sangre, de los que se exhiben tres imágenes. Asimismo, se presentan objetos bordados con hilos de seda, que en China es considerado Patrimonio Intangible, por la calidad y delicadeza de su trabajo.ç
“Para ilustrar dicha técnica se exhibe una pantalla decorativa con un paisaje bordado a mano, que por el cuidado en los detalles y la delicadeza del trabajo semeja unapintura. Le llaman bordado mágico porque tiene dos caras: sobre una tela de seda delgadísima se bordan imágenes por ambos lados y a veces la que aparece en un lado es diferente a la del otro. Esta pieza es característica de los bordados de Suzhou”.
También destacan un par de xilografías que reproducen textos budistas, así como cuatro instrumentos musicales tradicionales, de un universo de 72,...
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