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1. Secularización y modernidad
El contexto socio-cultural contemporáneo ha sido objeto constante de análisis, llevados a cabo por instancias de lo más diverso. Tanto el mundo académico como los ambientes políticos y económicos se esfuerzan por identificar los presupuestos desde los que nos movemos en las praxis cotidianas y que hacen que nuestras actuaciones seansensatas a los ojos de la sociedad. Las investigaciones sociológicas, filosóficas, jurídicas, etc. pretenden, por lo demás, comprender cómo evolucionan los dinamismos que caracterizan la sociedad actual. Todo ello con el objeto de intervenir en su desarrollo de una manera congruente y eficaz. A este respecto, uno de los fenómenos en los que el análisis de la sociedad y de la cultura contemporánea seha detenido con interés creciente, desde hace más de un siglo, estriba en el proceso de secularización: una tendencia que ha despertado interés debido a su incidencia en la sociedad y a su relevancia existencial. Es evidente que en las sociedades occidentales la presencia y el papel de la religión han sufrido una notable transformación en el último siglo y medio, no obstante las diferencias que seconstatan entre país y país.
Sin embargo, los primeros paradigmas hermenéuticos del proceso de secularización elaborados por la sociología, que lo interpretaban como un dinamismo unidireccional e irreversible, equivalente a la modernización y orientado hacia el crepúsculo definitivo de lo religioso en las sociedades desarrolladas, se han revelado excesivamente simplistas. En las últimasdécadas, los estudios sobre la secularización han mostrado que dicho proceso es mucho más complejo y que las categorías con las que había sido descrito eran insuficientes.
A este propósito, Berger advertía: “Desde la ilustración, intelectuales de diferente orientación han considerado la mengua de la religión como una inevitable consecuencia de la modernidad, afirmando que el progreso de la ciencia y suconcomitante racionalidad estaban destinados a sustituir la irracionalidad y la superstición; […] entre ellos Émil Durkheim y Max Weber”[1]. Sin embargo, añade Berger, “la equivalencia entre modernidad y secularización debe ser puesta en duda con escepticismo”[2]. Taylor confirma dicho parecer, retomando resultados de su conocida obra A Secular Age (2007): “Recientemente he trabajado en lacomprensión de los significados actuales del término secularización y en sus implicaciones. Durante mucho tiempo, la sociología tradicional ha considerado este proceso como inevitable. Algunas características de la modernidad –el desarrollo económico, la urbanización, la movilidad en aumento continuo, un mayor nivel cultural– eran vistas como factores che habrían provocado un ocaso inevitable de lacreencia y práctica religiosa. […] Esta convicción ha sido puesta en duda por acontecimientos recientes. La religión ha reaccionado ante la modernización […], mostrando su propia vitalidad”[3].
La retirada de la religión, con sus manifestaciones vitales en la práctica religiosa y en la esfera del ethos, constituye un hecho patente en no pocas sociedades occidentales. Sin embargo, en esas mismassociedades también se constata que la religión no ha desaparecido. En efecto, no es infrecuente percibir un interés renovado por lo religioso, si bien con modalidades peculiares, que cabría designar como postmodernas. De ahí que en la segunda modernidad o post-modernidad, secularización y religiosidad se entrelacen, configurando un cuadro cultural complejo que remite a la herencia de la modernidad y a sudinamismo interno. Detengámonos a considerarlo sintéticamente.
2. Los valores de la modernidad y sus desafíos
La primera modernidad, enraizada en un humus clásico-cristiano, sitúa en el centro de su atención al ser humano, con su carácter irreducible: el hombre se nos escapa en su humanidad si nos limitamos a considerarlo como un mero objeto, susceptible de ser explicado en virtud de las...
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