S. escritiura
INTRODUCCIÓN
I. El Diálogo entre Dios y el Hombre
El hombre oyente de la Palabra
Palabra de Dios-Revelación
II. Inspiración Divina
Presupuestos
Acercamiento al Antiguo Testamento
Acercamiento al Nuevo Testamento
En la reflexión teológica
El hagiógrafo
III. La verdad yfuerza de la Sagrada Escritura
Presupuestos
Problemática de la verdad bíblica
Buscando dar una explicación de la verdad bíblica
La fuerza de la palabra
IV. Canonicidad de la Sagrada Escritura
Nociones generales
Formación del canon del Antiguo testamento
Formación del canon del Nuevo Testamento
Librosapócrifos
V. Interpretación de la Sagrada Escritura
Nociones
Sentidos de la escritura
Principios generales de interpretación
VI. Apéndice: Sagrada escritura en la vida eclesial
Introducción a la Sagrada Escritura
INTRODUCCIÓN
¿Una empresa temeraria?
Nuestra vía de acceso a la Biblia parece bloqueada desde el comienzo por una cuestión deprincipio: ¿No es tal vez temerario servirse de la palabra humana para introducir y explicar la palabra de Dios? ¿No adolece la palabra humana de una impotencia congénita cuando se enfrenta a la tarea sobrehumana de traducir y vehicular la palabra de Dios? Al parecer, la única actitud coherente por parte del hombre frente al Dios que habla debería ser la del silencio asustado y confuso: «¡Ay de mí!¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros!», como confesaba Isaías al contemplar la gloria deslumbrante del Dios de Israel (Is 6,5).
Semejante concepción supone una impostación alternativa de la relación existente entre la palabra de Dios y la palabra del hombre. Como vamos a ver enseguida, la palabra de Dios se encarna en la palabra humana, lo que significa que la palabra de Dios no sóloestá abierta a la mediación de la palabra humana, sino que incluso la reclama. Como afirma J. Jeremías, «no nos está permitido dejar de lado el escándalo de la encarnación. Dios mismo se ha puesto en nuestras manos. La encarnación es la entrega que Dios hace de sí mismo, y nosotros debemos responderle con un sí»[1]
¿Una afición de lujo?
Pero, al hombre de hoy ¿le interesaverdaderamente el problema de la palabra de Dios? ¿No se muestra el hombre prisionero de sus necesidades más urgentes, como la casa, la salud, el sueldo o, incluso, como les sucede a las dos terceras partes de la humanidad, del problema dramático de la supervivencia? Decía rabí Eliézer ben Azarías: «Si falta la harina, no hay Torah; y, a la inversa, sin Torah no puede haber harina» (Pirqe 'abot III, 24). Escomo decir: los grandes problemas humanos no se resuelven simplemente poniendo la vista en el cielo y, creyendo que de este modo se da la preferencia absoluta a lo espiritual, descuidando y hasta en ocasiones despreciando la parte material, la harina. En sentido inverso, cuando las teorías materialistas han negado el cielo y han concentrado su interés en las cosas por las que todos nos fatigamos yque tan duramente nos disputamos han terminado por reducir al hombre a una sola dimensión, la mundana.
Torah y harina, palabra y pan son indispensables para que el hombre viva una vida humana: «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios», había afirmado gravemente el Antiguo Testamento (Dt 8,3) y había confirmado categóricamente Jesús oponiéndose a latentación del Maligno (Mt 4,4). Pero, dado que el hombre vive también de pan, la palabra de Dios se hizo pan y Jesús «compañero» (literalmentecum-pane, aquel que hace a otros partícipes de su pan) del hombre en su trabajoso viaje hacia la patria. Quitarle al hombre la palabra equivale a negarle la harina para el pan del camino.
Pongámonos, pues, en marcha, convencidos de que un acercamiento a la...
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