13 rosas

A DIEZ METROS DE LA GLORIA:
¿A diez metros de la gloria? Eso al menos es lo que piensan aquéllos que arriesgan su vida todos los días en la valla de Melilla. Para algunos un problema de inmigración, para otros una falta de humanidad pero, ante los ojos de la realidad, una grave violación de los derechos humanos.
Un conflicto que siempre había estado ahí y que ahora hemos decidido dejar deignorar. Esta noticia de carácter internacional ha surgido en estos últimos meses, aparentemente de la nada. De repente y sin nadie preverlo, la repercusión de este suceso ha crecido con gran fuerza. ¿La razón? El número de inmigrantes que han intentado pasar a nuestro país es mucho mayor hoy en día que antes. No han sido, de todos modos, tan importantes las causas como las consecuencias. Muchos sehan esforzado en crear una mala percepción de España en vista de lo ocurrido en Melilla. Yo considero que uno no se puede declarar ni a favor ni en contra de los hechos. Cierto es que en ocasiones la actuación de la policía ha sido excesiva y ha dado lugar a imágenes duras y crueles, pero también deberíamos reconocer la tremenda y complicada labor que desempeñan.
Muchos defienden a losinmigrantes, por los que sienten empatía. Otros se muestran reacios a la idea de que atraviesen la frontera. Lo que todavía no hemos logrado entender es que el problema no comienza con una valla, sino cuando ésta ya ha sido superada. Porque la valla es solo el primer paso de todo el camino hasta la felicidad. Porque muchos inmigrantes solo utilizan Melilla o España como acceso a otro lugar. Y sobre todoporque lo grave no es que quinientas personas pasen, lo grave es que una vez aquí, somos nosotros quienes nos encargamos de asegurar su educación, pagar su sanidad y somos quienes dejamos de tener trabajo si ellos ocupan nuestros puestos. Suena egoísta pero es real. Está claro que se debe actuar lo más rápido posible y tomar conciencia de la situación.
¿De dónde vienen y adónde van?
Casi todoslos inmigrantes de Melilla proceden del sur del Sáhara. Malí, República del Congo, Chad o Camerún entre otros, son los países de donde más provienen. A algunos les cuesta llegar hasta Marruecos meses o incluso años, y una vez allí su aventura no ha hecho sino empezar. Gurugú es el refugio natural de aquellos que se están preparando para dar el salto. Cientos de personas se reúnen en este monte enel que hay creada ya una pequeña comunidad cuyos miembros tienen el mismo objetivo. Se suelen agrupar por su país de origen, pero esto no impide que mantengan una buena relación entre ellos. Las condiciones en las que viven son poco más que deplorables. Con un plástico como techo los más afortunados y una piedra como almohada los más desdichados. Viven de la solidaridad de la gente, que todos losdías les ofrece comida para que se alimenten. Tienen, eso sí, una dieta poco variada a base de alimentos fundamentales como patatas, tomates o vegetales. Solo eso parece resultarles suficiente porque, aun con todo, permanecen allí por duras que sean las circunstancias. Saben que una vez en el monte Gurugú, tras haber pasado por todas las dificultades, les queda poco para alcanzar su sueño. Muchosse plantean volver a veces, pero en el fondo comprenden que incluso ahí estarían mejor que en su propio país. Y deciden no rendirse, seguir enfrentándose a la policía, a dos vallas de seis metros y a cualquier obstáculo que les pongan delante. Porque tienen la esperanza de atravesar la frontera, de dejar su vida como tal tras de ellos y construir una mejor lejos de allí.
¿Cuántos han pasado?Se calcula que aproximadamente 1.000 inmigrantes han accedido a Melilla por la valla en 2014. El último salto numeroso que se dio, fue el pasado marzo cuando 500 subsaharianos lograron burlar la valla y pasar a España. En 2011, la cifra creció en un 771% respecto al año anterior. Cabe destacar que todos los que pasan son hombres, exceptuando a: Mirelle, una camerunesa que dijo ser menor de edad...