9 Reinas

EL ALCOHOLISMO Y LA DROGADICCIÓN | son enfermedades incurables, pero pueden detenerse: el valor y el coraje son fundamentales en esta lucha a muerte. Este es el testimonio de alguien que sabe lo qué es esa pelea.
¿El diagnóstico? Alcoholismo. ¿El tratamiento? Ganas de vivir, respeto, humildad, confianza y sobre todo honestidad. He aquí el testimonio de un luchador que acaba de terminar su cicloen el INTRAID (Instituto Nacional de Tratamiento Rehabilitación, Reinserción Social e Investigación en Drogodependencias) ubicado en La Paz y donde se atienden todo tipo de dependencias a las drogas. Para nuestro entrevistado, el reto recién comienza.

“Tengo 33 años, soy comunicador social y soy alcohólico. Cuando alguna vez desperté y recobré el conocimiento en una clínica, mi diagnósticohabitual era por intoxicación alcohólica; el tratamiento no existía, sólo el consejo de los médicos de que no exagerara con la bebida, que las consecuencias podrían ser fatales. Nadie me decía que el problema no era la bebida, que el problema estaba en mi conducta, en mis actitudes, en mi intolerancia, en no tener respeto por mí mismo, en fin, en no tener un sentido o un objetivo de vida claro.

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El tocar fondo con la bebida es al principio, como muchas cosas que se aprenden en un centro de rehabilitación, algo difícil de entender. Hasta dónde he llegado, cuáles han sido las consecuencias de mi consumo. Dejar los estudios, el trabajo, la familia y, sobre todo, olvidarme de mí, de que soy una persona invalorable, pero que noasume sus responsabilidades en la vida, que ya no se quiere a sí mismo.

Uno de los requisitos fundamentales para iniciar un programa de rehabilitación es el de tener una conciencia clara de la enfermedad, porque el alcoholismo es una enfermedad de por vida, aunque se puede controlar como la diabetes. Muchos no lo entienden así, más aún en nuestra sociedad donde el consumo de bebidas alcohólicasforma parte de nuestras costumbres. Ahí radica la dificultad en lograr una real conciencia de la enfermedad.

La diferencia entre un alcohólico y un drogadicto está en que el segundo tiene, quizás emociones más profundas, muchas cosas guardadas. El sólo hecho de tener que consumir a escondidas, la forma de conseguir su droga, el riesgo que implica todo esto, le da otra perspectiva. En cambio elalcohólico es más abierto, se muestra, pide un trago en cualquier lugar, lo consigue de cualquier forma y la gente no lo ve como un problema real, sino hasta que las consecuencias son graves, a veces irreversibles.
Juntos, pero no revueltos

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En INTRAID se inicia el programa el día en que una persona quiera salir del infierno adonde ha llegado a consecuencia del consumo de alcohol u otras drogas, hacerlo de forma voluntaria, sin ningún tipo de presión y decidido a trabajar y preocuparse por uno mismo.

La primera parte del programa es de aislamiento, como interno no recibes visitas porque el objetivo es el de no tener ningún tipo de estímulos que afecten el proceso de rehabilitación. Durante este inicio se trata de llegara tener, además de la conciencia de la enfermedad, motivación para realizar este trabajo (alguna vez me preocuparé por mí y sólo por mí), y, asumir responsabilidades, algo que definitivamente uno se olvida en el tiempo de consumo.

6:15 de la mañana. En invierno todavía es de noche, estamos listos para el trote, a un principio cuesta creer estar haciendo esas cosas y a esas horas. Dicen quetodo lo que se hace forma parte del tratamiento, los psicólogos saben lo que hacen, tienen sus cosas. Es la primera lección más que de disciplina creo que de tolerancia.

La casa está dividida por áreas. Cada uno de los compañeros de la comunidad, como así la llaman, tiene asignada un área; cada 15 días se cambia de área, hoy me toca hacerme cargo del comedor; luego de las oficinas, del patio, me...