Actualidad De La Primavera Arabe

ACTUALIDAD DE LA PRIMAVERA ARABE

Así como sucedió con la dictadura libia y pese a sus enormes diferencias, la actual insurrección en Siria genera incluso mucho más allá de esta región convulsionada lecturas contradictorias sobre de lo que en realidad se trata profundamente esta crisis. Según una narración con fuerte eco en Sudamérica , lo que aquí esta sucediendo, como antes le ocurrió aMuammar Khadafi, en aquel caso para arrebatarle el petróleo de su reino africano, es una conspiración de los países del Norte mundial para debilitar a Irán, golpeando al único aliado nacional con que cuenta la teocracia persa en la región.
Es decir, nada de esto se vincularía con necesidades o expectativas populares. Para despejar este tipo de construcciones, conviene recordar que Khadafi era unaliado carnal de esas mismas capitales que tenían franco acceso a su petróleo, lo que hubiera vuelto abstracta la necesidad de derrocarlo. Lo que hubo en Libia fue un levantamiento popular republicano imposible de ser contenido que armó su propia milicia armada y que, como en Túnez y Egipto antes, tomó por sorpresa a los ricos socios internacionales de Trípoli incluido Washington. Lo que se disputó conel ingreso de la OTAN fue quién, en verdad, al fin del día sería el padre de la victoria: si la gran mano de Occidente o un pueblo masacrado y desesperado luchando por su libertad con derecho a imponer sus propias reglas.
La dinastía de los Assad gobierna siria con mano de hierro desde hace 42 años, el mismo lapso que se extendió la tiranía de Khadafi. Pero la gran diferencia es que las alianzasson radicalmente diferentes.
Damasco no tiene respaldos en ninguna capital occidental. Bashar al Assad, el actual hombre fuerte sirio que heredó el poder de su padre Hafez, intentó hallar un espacio de apertura para romper el aislamiento con el cambio de administración en EE.UU. logrando el regreso de los diplomáticos norteamericanos y apareciendo junto al entonces presidente francés NicolásSarkozy en el palco de honor en París durante las fiestas del 14 de julio.
Esos puentes se desplomaron cuando comenzó el fenómeno de la Primavera Árabe en Túnez en enero de 2011 que se esparció rápidamente también en Siria donde una protesta juvenil menor acabó con una represión que encendió la mecha de lo que ahora ocurre. Después de un año y medio de guerra y matanzas, la energía que aún mantieneal régimen se sostiene en la confusión y ausencia de liderazgo de las formaciones que tiene enfrente , pero no se debería apostar a que eso será determinante.
Hay dos dimensiones superpuestas y ambas erróneas entre quienes sostienen que esta insurrección va en contra de un dictador querido por su pueblo lo que implicaría suponer que existe un término medio benevolente entre tiranía y democracia ;dibujo similar, recordemos, al que se intentó plasmar con la dictadura libia.
Esos supuestos equivocados son los que no permiten observar la condición revolucionaria de estos movimientos que, guste o no, se verifica tanto en los cambios radicales que impusieron en la región como en el carácter incontenible que muestra el proceso. El espejo de la Europa del Este tras el final del campo comunistahace poco más de dos décadas, no es quizá el más perfecto para observar el sentido y perspectivas de estas transiciones, pero es una ayuda en medio de la niebla para comprender porqué aparece inevitable el surgimiento de otro escenario en el mundo árabe.
Una prueba de la vitalidad de esta dinámica histórica son los levantamientos sindicales que se están registrando en estas horas en Sidi Bouzi enTúnez, el sitio donde se produjo en enero de 2011 la primera revuelta que abrió la estela de la Primavera Arabe. En ese país, tras la rápida caída de la dictadura de Abidine Ben Ali, se impuso un partido islámico, Ennahda (restauración), que no resolvió cuestiones esenciales como una desocupación de 20%, la alta concentración del ingreso y una recesión de más de un año y medio que se profundiza...