Adan y Eva

Cuando Dios creó a Adán y Eva los puso en un sitio maravilloso, llamado El Paraíso o el Edén. Y hubieran podido estar para siempre en elParaíso, tener sus hijos allí y hacer una gran familia y llenar la tierra, como Dios les ordenó: Creced y multiplicaos y llenad la tierra (Gn. 1, 22).Pero tenían que aprender una lección. Por eso, Dios les puso una sola condición.
Ellos podían comer de todos los árboles del jardín, menosde uno. Si comían de ese árbol, morirían. (Ver Gn. 2, 17)
Dios quería enseñarles a obedecerle. Igual que con Adán y Eva, nuestra vida depende denuestra obediencia a Dios.
No bastaba que Adán y Eva dijeran que iban a obedecer, tenían que obedecer.
Si obedecían a Dios estabandemostrando que lo amaban de verdad y que deseaban que Dios fuera su Dueño. Él los había creado… ¿no era entonces su Dueño?
Pero Dios les dio lalibertad de amarlo o no, de obedecerlo o no. Igual que a nosotros. Nosotros podemos amarlo o no, obedecerlo o no.
Demostraron que realmente noamaban a Dios, que ni siquiera estaban agradecidos de que los hubiera creado y que los hubiera colocado en un sitio tan especial como era el ParaísoTerrenal.
Perdieron todos los regalos que Dios les había dado. Perdieron ellos: la Gracia (la Vida con Dios y la Vida de Dios en ellos), elParaíso y todos los demás dones que Dios les había dado.
Ahora tendrían que salir del Paraíso, tendrían que, enfermarse, envejecer y morir.