Al Viejo Victor De La Cama 6
Mario Testa Médico sanitarista
Tomado de: Mario Testa. El hospital. En: Salud, problema y debate. Año V, N°9, 1993. Buenos Aires.
Material de lectura seleccionado para los Concursos de Funciones Jerárquicas Hospitalarias Ley 1795 (y modificatorias) año 2010. Subsecretaría de Salud Pública - M.A.S. - Provinciade Santa Cruz
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Presentamos conjuntamente los trabajos de Mario Testa y de María Elena Ferrario de Pruden para abrir un espacio de reflexión acerca de la temática planteada. Como los dos autores hablan desde una experiencia personal en el lugar del paciente, cabría escuchar las voces de tantos que ocupan otros lugares en la misma escena.
El día viernes 11 de septiembre de1992 me colocaron en un el
trabajadores de salud no estamos acostumbrados. convicción pueden apelación de Lo hago con la que estas en notas una –los para de un
marcapaso Hospital
definitivo P., en un
instituto cardiología.
convertirse a mis de
especializado
colegas salud-
Una semana antes, el viernes 4, me habían colocado en un la
trabajadores despertar la
necesidadmarcapaso
transitorio
diálogo acerca de las tareas que realizamos nuestro acerca habitualmente hospitalario en y
unidad coronaria del Hospital F., reconocido como uno de los mejores del municipio de buenos Aires. Fui enviado a mi domicilio el día miércoles 16, terminando mi periplo de 12 días por los tres servicios internado. en los que estuve
quehacer de las
configuracionesorganizativas que se crean con nuestro apoyo tácito o explicito.
En ningún caso las descripciones que siguen deben tomarse como una crítica puntual al
Este es el relato de
mis vivencias de ese periodo.
comportamiento individual de una La intención al presentarlo es dar a conocer una visión del hospital desde un mirador al que no los determinad persona o de un grupo profesional. Tampocopienso que
puedan lograrse modificaciones a corto plazo en los comportamientos
convencional
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institucionales, pero no tengo dudas acerca de la necesidad de un diálogo que comience a
Ver
a
mis
compañeros/as
de
infortunio, aunque si podía oírlos cuando se manifestaban en voz o ruidos suficientemente altos. A mi lado derecho agonizaba una mujer madura pero novieja (tal vez algo más joven que yo). A mi izquierda
romper las intrincadas barreras en las que todos nos
encontramos apresados.
Llegue a la unidad coronaria del Hospital F., en una ambulancia (a cuyo conductor le hice solicitar que no hiciera sonar la
se
recuperaba
sin
problemas
alguien experimentado en estas lides. adquirían Mas lejos otras voces
presenciaesporádicas.
implacable y aterradora sirena) e inmediatamente me fue colocado un marcapaso transitorio y una guía para la Tres medicación electrodos
Desnudo en la cama (un calzoncillo protegía un resto de pudor) el principal contacto se establecía, como es natural, con el personal de enfermería, del que dependía para mi periódica necesidad de orinar, además de recibir la medicación que me erainyectada por la guía intravenosa. Pregunta (mía): ¿qué es eso?; respuesta: un elixir de juventud; pienso: es lo que me
intravenosa.
torácicos me conectaban a un monitor que registraba en forma continua el trazado y la
electrocardiográfico frecuencia del pulso. donde permitía me ver
La sala me desde
encontraba el lugar
hace falta; digo: gracias.
donde el personal (médicas/os,enfermeras/os preparaban tareas). o y realizaban otros sus Después de una breve visita de Asia comienza la larga noche hospitalaria llena de ruidos, voces, alarmas de
No podía, en cambio.
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los
monitores,
quejas.
Un
mira ni me dice nada. Robusto de bigote mirando fijamente al centro de la galaxia: ¿el señor estaba tomando algún medicamento antes del episodio?; rubia...
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