alicia a traves del espejo
—Sí —me dijeron—, le han condenado a cinco años. Yo lo conocía un poco; era bien callado. ¿Cómo no se me ocurrió que debía serél? La denuncia fue a tiempo.
—¿Qué cosa? —interrogué sorprendido.
—La denuncia; fue denunciado.
—En los últimos tiempos —agregó otro— había adelgazado mucho. —Y concluyó sentenciosamente—: Lo que es yo no confío más en nadie.
Cambié rápidamente de conversación. Pregunté si se conocía al denunciante.
—Ayer se supo. Es Zaninski.
Tenía grandes deseos de oír la historia de boca de Zaninski;primero, la anormalidad de la denuncia, falta en absoluto de interés personal; segundo, los medios de que se valió para el descubrimiento. ¿Cómo había sabido que era Bellamore?
Este Zaninski es ruso, aunque fuera de su patria desde pequeño. Hablaba despacio y perfectamente el español, tan bien que hace un poco de daño esa perfección, con su ligero acento del norte. Tiene ojos azules y cariñososque suele fijar con una sonrisa dulce y mortificante. Cuentan que es raro. Lástima que en estos tiempos de sencilla estupidez no sepamos ya qué creer cuando nos dicen que un hombre es raro.
Esa noche le hallé en una mesa de café, en reunión. Me senté un poco alejado, dispuesto a oír prudentemente de lejos.
Conversaban sin ánimo. Yo esperaba mi historia, que debía llegar forzosamente. Enefecto, alguien, examinando el mal estado de un papel con que se pagó algo, hizo recriminaciones bancarias, y Bellamore, crucificado, surgió en la memoria de todos. Zaninski estaba allí, preciso era que contara. Al fin se decidió; yo acerqué un poco más la silla.
—Cuando se cometió el robo en el Banco Francés —comentó Zaninski— yo volvía de Montevideo. Como a todos, me interesó la audacia delprocedimiento: un subterráneo de tal longitud ha sido siempre cosa arriesgada. Todas las averiguaciones resultaron infructuosas. Bellamore, como empleado de la caja, fue especialmente interrogado; pero nada resultó contra él ni contra nadie. Pasó el tiempo y todo se olvidó. Pero en abril del año pasado oí recordar incidentalmente el robo efectuado en 1900 en el Banco de Londres de Montevideo. Sonaronalgunos nombres de empleados comprometidos y, entre ellos, Bellamore. El nombre me chocó; pregunté y supe que era Juan Carlos Bellamore. En esa época no sospechaba absolutamente de él; pero esa primera coincidencia me abrió rumbo, y averigüé lo siguiente:
En 1898 se cometió un robo en el Banco Alemán de San Pablo, en circunstancias tales que sólo un empleado familiar a la caja podía haberloefectuado. Bellamore formaba parte del personal de la caja.
Desde ese momento no dudé un instante de la culpabilidad de Bellamore.
Examiné escrupulosamente lo sabido referente al triple robo y fijé toda mi atención en estos tres datos:
1º La tarde anterior al robo de San Pablo, coincidiendo con una fuerte entrada en caja, Bellamore tuvo un disgusto con el cajero, hecho altamente de notar, dada laamistad que los unía y, sobre todo, la placidez de carácter de Bellamore.
2º También en la tarde anterior al robo de Montevideo, Bellamore había dicho que sólo robando podía hacerse hoy fortuna y agregó riendo que su víctima ocurrente era el banco del que formaba parte.
3º La noche anterior al robo en el Banco Francés de Buenos Aires, Bellamore, contra todas sus costumbres, pasó la noche en...
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