Ama a dios
“Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios, esto es a
los que conforme a su propósito son llamados”
(Romanos 8:28)
Hace un tiempo,nuestra vida familiar experimentó un vuelco fuera de todo lo previsto. No vale la pena hacer mención aquí de los detalles. Sólo diré que en esa época, hasta hace unos días, estábamos llenos de proyectosy nuestro futuro era bastante prometedor. De repente me encontré tratando de dilucidar qué proyectos seguían, cuales se truncan y qué otros había que modificar para poder seguir adelante. Estoimpactó directamente en lo personal, familiar y en el ministerio de quien esto escribe.
Un súbito “volantazo” en nuestra vida nos puso a caminar en otra dirección. Una dirección desconocida y que niremotamente estaba en los planes. Literalmente pasamos de la autopista al camino de tierra. Cuesta creer que hasta hacía una semana nuestra vida era una cosa y de repente se transformó en otra totalmentedistinta.
“Una de cal y una de arena” decimos En la convicción de que “todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios…”, hoy puedo ver y no tengo la menor duda de ello, que estas dificultadesfueron absolutamente necesarias.
Existen bosques en nuestro planeta que periódicamente sufren voraces incendios que no dejan nada, pero al cabo de un tiempo emerge de las cenizas un bosque nuevo, confuerza y vigor. Tal parece que el incendio es parte del ciclo vital de la vida de esos bosques.
Con nosotros ocurre otro tanto. Tendemos -por lo menos es mi caso- a formular proyectos y adquirir hábitosque a nuestro leal saber y entender están dentro de la Suprema Voluntad de Dios. Sin embargo se nos escapa inocentemente el detalle de que Dios puede que tenga otros planes para nosotros.
Por otraparte, inconcientemente vamos incorporando con carácter acumulativo hábitos y tendencias que no siempre son de beneficio. Es entonces, cuando el incendio inevitablemente sobreviene. Por cierto, fuego...
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