ana arendt

Páginas: 90 (22495 palabras) Publicado: 10 de septiembre de 2013
CAPÍTULO IX
LA DECADENCIA DE LA NACION-ESTADO Y EL FINAL DE LOS
DERECHOS DEL HOMBRE
Es ahora casi imposible describir lo que realmente sucedió en Europa el 4 de agosto de 1914.
Los días anteriores y los días posteriores a la primera guerra mundial se hallan separados no como
el final de un período y el comienzo de uno nuevo, sino como el día anterior y el día posterior a una
explosión. Sinembargo, esta figura retórica resulta tan imprecisa como todas las demás, porque la
tranquilidad del pesar que se impone tras de una catástrofe nunca ha llegado. La primera explosión
parece haber desencadenado una reacción en cadena en la que estamos envueltos desde entonces y
que nadie, al parecer, es capaz de detener. La primera guerra mundial hizo estallar la comunidad
europea de nacioneshasta el punto de que se tornó imposible toda reparación del entuerto; fue algo
que ninguna otra guerra había logrado hasta entonces. La inflación destruyó a toda la clase de
pequeños propietarios más allá de cualquier esperanza de recuperación o de reconstitución, lo que
ninguna crisis monetaria había logrado hasta entonces tan radicalmente. El paro, cuando sobrevino,
alcanzó proporcionesfabulosas y ya no quedó limitado a la clase trabajadora, sino que, con
insignificantes excepciones, alcanzó a todas las naciones. Las guerras civiles que surgieron y que se
desarrollaron a lo largo de veinte años de inquieta paz no sólo fueron más sangrientas y crueles que
todas las que las precedieron, sino que se vieron seguidas de migraciones de grupos que, a
diferencia de sus más afortunadospredecesores de las guerras de religión, no fueron bien recibidos
en parte alguna ni pudieron ser asimilados en ningún lugar. Una vez que abandonaron su país
quedaron sin abrigo; una vez que abandonaron su Estado se tornaron apátridas; una vez que se
vieron privados de sus derechos humanos carecieron de derechos y se convirtieron en la escoria de
la Tierra. Nada de lo que se estaba haciendo,por estúpido que fuera y por muchos que fuesen los
que lo sabían y los que preveían sus consecuencias, pudo ser deshecho o evitado. Cada
acontecimiento poseía la irrevocabilidad de un juicio final, de un juicio no formulado por Dios ni
por el diablo, sino considerado más bien como la expresión de una irremediable y estúpida
fatalidad.
Antes de que la política totalitaria atacaraconscientemente y destruyera parcialmente la auténtica
estructura de la civilización europea, la explosión de 1914 y sus graves consecuencias habían
conmovido suficientemente la fachada del sistema político de Europa hasta dejar al descubierto su
oculto entramado. Tales exposiciones visibles eran los sufrimientos de más y más grupos de
personas para quienes de repente dejaron de aplicarse las normas delmundo que les rodeaba. Fue
precisamente la aparente estabilidad del mundo de su entorno la que hizo parecer a cada grupo
expulsado de sus protectoras fronteras como una infortunada excepción a unas normas por otra
parte corrientes y sanas y la que impregnó con igual cinismo a víctimas y observadores de un
destino aparentemente injusto y anormal. Ambos consideraron este cinismo como un crecienteconocimiento de las reglas de este mundo, cuando en la realidad estaban cada vez más
desconcertados y por eso se hicieron más estúpidos de lo que eran antes. El odio, que no escaseaba,
ciertamente, en el mundo de la preguerra, comenzó a desempeñar un papel decisivo en todos los
asuntos, de forma tal que la escena política en los años engañosamente tranquilos de la década de
los 20 asumió laatmósfera sórdida y fantástica de una querella familiar de Strindberg. Nada ilustra
mejor tal vez esta desintegración de la vida política como este odio vago y penetrante hacia todos y
hacia todo, sin un foco para su apasionada atención y nadie a quien responsabilizar de la situación:
ni al Gobierno, ni a la burguesía, ni a una potencia exterior. Consecuentemente se volvió hacia
Hannah Arendt...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Ana Arendt- El Mal Y La Corrupción De La Política Democrática.
  • Arendt
  • Arendt
  • Arendt
  • Arendt
  • ARENDT
  • hannah arendt
  • hanna arendt

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS