Angel de la Guarda -Análisis de un Ataque de Pánico-

Equalitas
Instituto Argentino de Terapias Breves

Mag. David Dangelis

Angel de la Guarda, Dulce compañía…
La tarde discurría mansamente sobre el pueblo, las aves comenzaban a buscar refugio entre los
muchos árboles de la plaza, al fondo las campanas de la catedral llamaban al ángelus y una brisa
fresca y sedante movía el aroma de los tilos en flor, todo era plácido.
Jenny volvía de su clase deballet, las zapatillas de punta, rosadas, atadas por los cordones
colgaban de su hombro derecho, como un ícono apolíneo, mientras caminaba etérea dentro de su
jean roto y gastado a propósito, las medias calienta pies y una sonrisa distante que solo se tiene a
los 14 años.
En su mente todavía resonaban mezclados en una cacofonía interminable: Tchaikovski, el ritmo
del palmoteo de su maestro, tiernoy despótico a la vez repitiendo, voz en cuello: “¡ esto no es un
gimnasio niñas, esto es arte, acá no hay lugar para el cansancio, ni
el dolor, ni las improvisaciones, hay una única oportunidad de
triunfar, o serán hermosos cisnes o lamentables gallinas,
esfuércense”, su arenga diaria, mientras que lo que él creía que
era un incentivo, se iba transformando en algo oscuro y profundo,
como unacaries, en el alma de Jenny, que perforaba su espíritu y
su confianza poco a poco.
Ya en su casa, la cena fue muy frugal, Aurora su madre, la tenía
atada a un estricto plan alimenticio, “la nena no podía pasar de los
42 kilos debía ser, algún día lo que ella por más que quiso no
pudo, una verdadera etoile, brillar en el gran teatro, ser como la Pavlova, como la Plisestkaya, o
encarnar el alma de laFontenla, no menos”.
La luz del atardecer había pasado de un sepia oscuro a un azul profundo y Jenny se durmió con esa
inquietud, que hacía varios días le hacía cosquillas en su bajo vientre, “Pero si está todo bien
pensó, que me pasa...?”.
Esa noche no fue como todas… en un momento cerca del amanecer, Jenny se despertó con una
enorme sensación de miedo, miedo a qué, que cosa, que ruido, quepercepción, la había
despertado?.
Su respiración estaba muy agitada, sus ojos abiertos como los de un niño asombrado no podían
ver nada,” Dios mío que me pasa”… Recordó el antiguo ritual de su niñez y tratando de invocar la
serenidad repetía para sí mientras se tomaba el pecho dolorido “Angel de la Guarda, Dulce
compañía, no me abandones ni de noche ni de día, Angel de la…”; pero no.

Equalitas
InstitutoArgentino de Terapias Breves

Mag. David Dangelis

Un profundo sentimiento de irrealidad se apoderó de ella, no había razón lógica para esto, pero se
sentía como flotando en el espacio exterior, rodeada de monstruos transparentes, informes, sin
rostro, solo sombras, estaba segura que moriría, sentía su cuerpo separado de sí misma, se podía
ver desde fuera de ella, tratando de ignorar el placardcon sus ropas y sus bestias ocultas.
Quería correr a pedir ayuda a su madre, pero temía bajar los pies, se los atraparían no bien pisase
el suelo y sería arrastrada a las profundas cavernas debajo de la cama. Gritó desesperadamente

MAMAAAAAAA, MAMAAAAAAA, MAMAAAAAAA… , una y otra vez, mientras perdía la voz, su voz
interior ya que por más que se ensordeciera con sus gritos, no emitía sonidos.
Alfinal corrió y despertó a su madre, que se sorprendió con el rictus de su rostro, los ojos abiertos
como platos y deslumbrados por la luz del velador, sus labios estirados horizontalmente, las
arrugas de la frente la hacían parecer una anciana, su cuerpo estaba cubierto de sudor frío y tenía
un aliento fuertemente cetónico, alcanzó a balbucear: mamá, mamá me “Me muero…” y se
desmayo.
Una eternidaddespués notó debajo de sí la incomodidad de una cama dura que se movía, la mano
de su madre en las suyas, heladas, y la sirena que la atravesaba como el retintín de su maestro de
baile.
La bajaron en la camilla y corrieron hacia la guardia de cardiología, le abrieron su camisón de niña
con bordados infantiles, le bajaron las medias de lana que su madre la había tejido al crochet para
dormir con...