angel navideño

EL ÁNGEL NAVIDEÑO

Había una vez, una niña , que vivía en una ciudad llamada Holmes Chapel situada en Reino Unido, llamada Laia. Esta niña, de tan solo 7 años era de estatura media, tenía pelo castaño, ojos verdes y poseía una voz encantadora.
Laia vivía con su familia en una pequeñísima y vulgar choza. Su único deseo era poder vivir en una casa normal, tener ropa, comida...es decir, queríaser como las demás niñas de su edad. Era navidad, así que esperaba que su deseo se hiciera realidad.
Un día, su familia y ella decidieron ir a la parroquia en busca de comida, ya que carecían de ella. Al llegar, todos se incorporaron en una fila esperando su turno.
En un pequeño instante Laia se quedó estupefacta. Entre las personas que repartían la comida para los más necesitados había unaniña de más o menos la misma edad que ella. Era rubia de ojos claros y con una sonrisa preciosa. Al salir, Laia se acercó a dicha niña, que la sonreía. Entonces, se atrevió a preguntarla ruborizada:
–¿Cómo te llamas?
–Me llamo Sara - respondió la otra.
–Yo me llamo Laia y tengo 7 años, si quieres ¡podemos ser amigas! – exclamó Laia.
–¡Sí! Yo vengo todos los meses, pero si tus padres te dejanvente a mi casa hoy - se ofreció Sara.
Tras el apruebo de los padres de Laia y Sara, Laia se incorporó en su lujoso coche, donde no podía parar de mirar a todos lados, todos aquellos minúsculos botones, los asientos de piel, etc. Cuando llegaron se bajó. Lo primero de lo que se asombró fue de su enorme casa y su precioso y bien cuidado jardín. Al entrar, la luz reflejaba por todos lados, no habíarincón al que no pegase un poco de luz. Las paredes eran blancas como la leche, las lámparas eran tan grandes como focos. Había cuatro o cinco focos, de color rojo, azul, verde y amarillo, que apuntaban a un determinado lugar. Tras seguir la recta de las luces con la mirada, descubrió el maravilloso árbol de navidad. Estaba decorado con bolas doradas y transparentes, ositos de peluche, alas deángeles y por último, llevaba al rededor cadenas con perlas. Sara exclamó:
–¡Ven! ¡Te voy a enseñar mi habitación!
Rápidamente, subieron las escaleras y cuando abrieron la puerta de la habitación...Allí estaba, ¡el sueño de Laia! Una habitación de color rosa, con una enorme cama de Ikea, peluches por encima de la cama. Algo que la familia de Laia, no podía permitirse...Entonces, de repente dijoLaia:
–¿Jugamos a algo?
–Vale, pero antes de eso...quiero darte, más bien dicho, regalarte una cosa – dijo Sara mientras sacaba una bolsa llena de ropa del armario – Toma, es la ropa que me queda pequeña, a lo mejor te cabe algo, así que cuando llegues a tu casa, te lo pruebas. Entonces a Laia, se le escapó una lágrima, una pequeña gota de agua salada, como ella decía. Solo pudo decir:
–Muchísimasgracias Sara, te acabo de conocer y eres...muy pero que muy amable. Es preciosa la ropa, muchas gracias enserio y sobretodo gracias por darme la oportunidad de ser tu amiga...
–No me las des Laia, pareces muy buena niña, a mi me han enseñado que no hay que juzgar a la gente por como es por fuera, sino por como es por dentro y antes de juzgar hay que conocer a esa persona por dentro y muy bien –dijo la muchacha rubia. Tras esa charla, decidieron irse directamente a dormir y pasaron de jugar, lo aplazarían para la mañana siguiente.
–Buenas noches – dijo Laia – dulces sueños.
Sara soltó una dulce y breve carcajada y se durmió al instante.
Al día siguiente, las dos se levantaron a las diez y media de la mañana y tras ducharse y haberse cambiado, bajaron por la escalera de piedra blancay fueron directas a la cocina, donde se hallaba una enorme mesa redonda con dos tazas de chocolate caliente, tostadas y dos zumos de naranja. A Laia se le llenó la cara de lágrimas de alegría, pero se las quitó de inmediato, para evitar que Sara la viese. Las dos se sentaron, Sara encendió la televisión y cambió el canal hasta su favorito, Disney Channel. En ese momento estaban echando...