Anális de capítulo
Gabriel García Márquez”
“Me encuentro solo en una balsa... en medio del Caribe, llevo ya cuatro horas aquí”; esto quizás fue lo que pensó aquel marinero, Luis Alejandro Velasco.
Consciente de que horas antes, alrededor de las 11:50am, al destructor “Caldas” le había ocurrido un accidente y él, junto con cuatro compañeros, cayeron al mar, rumbo a
enfrentar a las embravecidas olas, no obstante a esto tras un repentino y breve hundimiento del buque, que luego apareció tal como un submarino las cajas que llevaba
el destructor dieron su entrada como ángeles que llegaban a salvarlos, ya que éstas sirvieron de sostén por un breve momento, que, por el rayo de esperanza que irradiaban
unas balsas se vio culminado; Luis Alejandro Velasco que fue el único que pudo montarse en una de éstas, en un fallido intento por rescatar a sus compañeros, quedo dentro de ella.
solo; hundido no en el mar, si no en sus pensamientos, mirando el horizonte que se extendía a lo lejos, intentando mantener las esperanzas de que lo rescatarían.
Más, hay que hacer notar que este añorado rescate no ocurrió, paso una, dos, tres,
cuatro horas, desde que ocurrió el desafortunado accidente, tiempo suficiente para que comenzara una búsqueda aérea y nada paso. Anocheció y nada... solo pudo divisar el
hermoso crepúsculo que se expandía sobre él, otorgándole al agua un brillo y esplendor divinos; hasta que la noche cayo sin más. Era entonces cuando se liberaban todos aquellos
miedos, todos los temores guardados en el alma de un hombre.
Y ¿A quién no, le daría temor estar solo en una balsa, en un punto en donde el
único sonido apreciable es el del agua rozando la borda, y donde criaturas bellas,
misteriosas...
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