aportes de los presidentes

PUEDE HACER COSAS INCREÍBLES

Cuando ese gigante interior está vivo y es vital, ya no se verá obstaculizado por pensamientos negativos y de inferioridad. Cuando se está lleno de fe en Dios y en sí mismo, puede hacer cualquier cosa que haya decidido hacer con firmeza y autoridad. Cuando adopte una actitud “con todo su corazón y aplique el principio positivo, puede hacer cosas increíbles.Resulta extraña la tendencia de algunos escépticos a menospreciar una afirmación como “Usted puede hacer prácticamente cualquier cosa que decida hacer”. En realidad, me siento inclinado a quitar esa palabra calificativa, “prácticamente”, sobre todo al recordar la extraordinaria historia de Legson Kayira, un adolescente que vivía en una diminuta aldea africana y que recorrió a pie una distancia decuatro mil kilómetros a través del continente y luego logró abrirse paso hasta la costa oeste amaricana. Pero dejemos que sea él mismo quien cuente la historia con sus propias palabras. “Con los pies descalzos hasta Estados Unidos” es como titula su increíble narración (revista Guideposts).
Mi madre no sabía en dónde estaba Estados Unidos. Yo le dije: “Madre, quiero ir a Estados Unidos para ira la universidad. ¿Me da permiso?”.
“Está bien –me contestó-. Puede ir. ¿Cuándo te marcharás?
No quería darle tiempo para que descubriese lo lejos que estaba Estados Unidos, por temor a que cambiara de opinión. “Mañana”, le contesté.
“Te prepararé entonces algo de maíz para que comas en el camino”, me dijo.
Al día siguiente, abandoné mi hogar, en el norte de Nyasalandia, en Áfricaoriental. Sólo tenía la ropa que llevaba puesta, una camiseta caqui y unos pantalones cortos. Llevé conmigo las dos cosas que más atesoraba: una Biblia y un ejemplar del Progreso del peregrino. También me llevé el maíz que mi madre me había dado, envuelto en hojas de plátano.
Mi objetivo estaba a un continente y un océano de distancia, pero no me cabía la menor duda de que lo alcanzaría. Notenía ni la menor idea de cuál era mi edad. Esas cosas significan muy poco en mi país, donde el tiempo siempre es el mismo. Supongo que debía de tener entre dieciséis y dieciocho años. Mi padre murió cuando yo era muy joven. Mi madre escuchó las palabras de los misioneros, con el resultado de que nuestra familia se hizo cristiana.
De los misioneros aprendí que yo no era la víctima de lascircunstancias, sino su dueño. Aprendí que tenía la obligación de utilizar todos los talentos que tuviera que mejorar la vida de los demás. Y para hacer eso, necesitaría recibir una educación. Me enteré de la existencia de Estados Unidos. Leí la vida de Abraham Lincoln y amé a este hombre que tanto había sufrido por ayudar a eliminar la esclavitud de su país. También leí la autobiografía de BookerT. Washington, nacido él mismo en la esclavitud, en Estados Unidos y que se había elevado en dignidad y honor para convertirse en benefactor de su pueblo y de su país.
Poco a poco, comprendí que en Estados Unidos podría recibir la formación y encontrar las oportunidades para prepararme a imitar a aquellos hombres en mi propio país, para ser, como ellos, un líder y quizá, incluso, presidente demi país.
Mi intención era de llegar hasta El Cairo, donde confiaba en conseguir pasaje en un barco hasta Estados Unidos. El Cairo estaba a 4,500 kilómetros, una distancia que no podía concebir y pensé estúpidamente que podría recorrerla a pie en cuatro o cinco días. Pero en cuatro o cinco días sólo estaba a unos cuarenta kilómetros de casa, se me había acabado la comida, no tenía dinero y nosabía qué hacer, excepto que tenía que seguir adelante.
Desarrollé una pauta de viaje que se convirtió en mi estilo de vida durante más de un año. Habitualmente, los pueblos sólo estaban a siete u ocho kilómetros de distancia por caminos que recorría la selva. Llegaba a uno de ellos por la tarde y preguntaba si podía trabajar para ganarme la comida, el agua y un lugar donde dormir. Cuando...