aportes
Pero la pregunta es: ¿es solo cobertura lo que se ofrece? Y ¿Dónde queda la calidad?.
Muchas veces pareciera ser que loprimordial es la cobertura, de forma que, observamos en las aulas de clase que el promedio de estudiantes en cada una de ellas es de 40 alumnos.
La meta exigida anualmente por las instituciones educativastanto a docentes como estudiantes es cumplir con un programa de estudio, el cual busca dar a todos un conocimiento básico que les permita avanzar al siguiente nivel. Pero no se tiene en cuenta lascaracterísticas individuales de esas cuarenta personas, sus fortalezas y debilidades, los diferentes canales de aprendizaje que cada uno usa, las diferencias en las bases cognoscitivas, entre otrascosas.
Y si se piensa el papel de cada uno de los actores de la educación es sencillo entender que el sistema coloca limitaciones constantes a cada protagonista. Por ejemplo, los docentes estánatareados por labores administrativas, que implican subir notas, contactar padres, reuniones para análisis de casos de estudiantes, etc., todas ellas con fechas límites de cumplimiento en ocasiones absurdasque generan en ese profesional estrés laboral y decremento en la calidad de sus actividades como profesor. A eso sumarle sus labores como maestro en el tema de enseñanza, acompañamiento y guía paracuarenta alumnos que en muchas ocasiones no tienen la mejor disposición para trabajar y aprovechar ese poco tiempo de aprendizaje académico.
Si se aborda el tema por parte de los alumnos hay que mirarel contexto social, cultural, económico y religioso de cada uno de ellos, sus aspiraciones, frustraciones y sentido del apoyo mutuo. Muchas veces el salón de clase se vuelve un campo de batalla en...
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