apreciación musical





Desde que el hombre comenzó a organizar los sonidos en música, hasta nuestros días, la mayor parte de los recursos y el tiempo invertidos en la formación musical han sido destinados a dosaspectos de gran y merecida importancia como son la creación musical (centrada en la figura del compositor) y la interpretación (centrada en la figura del intérprete). Sin embargo, se ha descuidadoun tercer y último aspecto de gran relevancia también y que complementa el proceso artístico: la apreciación de la obra (centrada en la figura del oyente).

La percepción de una obra musical, suvaloración emocional y la toma de conciencia intelectual a partir de ella, son procesos que solo han beneficiado a algunos pocos, y realmente nos produce tristeza el pensar que la gran mayoría de laspersonas de nuestro medio no hemos podido captar la verdadera esencia ni la magnitud artística de grandes obras de la música, como por ejemplo aquellas que la misma historia a catalogado como“universales”, o aquellas que han sido muestra de que la genialidad ha habitado en la mente de sus compositores.

Resulta evidente la importancia de dotarnos de las herramientas precisas para laapreciación plena de una obra y de prepararnos de una manera óptima para compartir estos recursos en un posible posterior ámbito académico. Así, el proceso de apreciar la música deberá iniciar con ladiferenciación de sus dos maneras de ser (académica y popular).

La música académica, también llamada erudita, e identificada incluso hasta ahora por el mercado como “música clásica”, tiene un enormevalor artístico: ha sido gestada como consecuencia de siglos de investigación en el campo de los sonidos, de vidas enteras consagradas al perfeccionamiento de la ejecución e interpretación de losinstrumentos, y ha desembocado pasiones estremecedoras a las almas de quienes la escuchan sin siquiera proponérselo. Esta música nos puede ser expresada mediante la voz humana o mediante conjuntos...