Aquellos dias
Se han escrito más libros sobre Jesucristo, Napo¬león y Wagner, eneste orden, que sobre nadie. Predi¬go que en el ario 2000 Beckett puede ser el cuarto de la lista si el diluvio actual de literatura beckettiana continúa.
Este “diluvio” crítico continúa y en vez defacilitar y favorecer la comprensión de las obras originales, ha creado, en muchos casos, una aureola de dificultades en torno a ellas, que ha privado a muchos lectores (o espectadores), del placerde poder disfrutar sin prejui¬cios de las creaciones originales. Frecuentemente, se ha presentado a Beckett como un filósofo, epígono del existencialismo más pesimista, y no como un escritor, un granpoeta, revolucionario de los géneros narrativo y dramático. Hay que confesar, a este respecto, que la crítica “beckettiana” actual ha dado un giro bastante positivo, centrando sus estudios más sobre elcómo que sobre el qué, más sobre el estilo literario y el proceso creativo de este autor, que en dilucidar “oscuridades” filosóficas o ideológicas creadas en ocasiones por los propios críticos.Beckett no ha escrito ni una línea “oscura” en su vida; las dificultades que, sin duda, presentan sus obras radican esencialmente en su originalidad formal; en el hecho de que no se pueden clasificar niincluir con facilidad dentro de ningún sistema, teoría o movimiento literario y por tanto exigen del lector/espectador una actitud de concentración especial, una aproximación abierta sin prejuicios...
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