Archigram y la arquitectura como objeto de consumo.
En “La arquitectura como producto del consumidor”, Warren Chalk, integrante del grupo Archigram, plantea la necesidad de una arquitecturadescartable, intercambiable y producible como cualquier objeto de consumo.
Trayendo el ejemplo del “hágalo Ud. mismo” dice que es inadmisible seguirignorando el hecho real de que “cada miembro de lacomunidad tiene instintos creativoslatentes” y vaticina que de aquí en más, el rol de los diseñadores deberá cambiar para másbien “dirigir ese instinto hacia una forma tangible y aceptable”. Sóloasumiendo lo anteriorpodrá revertirse “el abismo cultural que existe entre la comunidad y los diseñadores.” Paraél existe un derecho por parte de la comunidad de determinarse su propio entorno individual ypor ende autodeterminar la manera de vivir. Propone entonces diseñar equiposde elementos cambiables e intercambiables de acuerdo a las necesidades, que puedan serelegidas de un catálogo de partes, “dela misma manera como se elige un coche o una nevera”.
Para que no quede ninguna duda sobre sus intenciones, hace una comparación con la música pop, remarcando que el éxito de la misma se debe a lagran participación del púlico. Asevera que “los mismos grupos de músicos pop se asemejan más que antes a la audiencia por sus ropas, sus hábitos, e inclusive por su destreza musical. (...) Su éxitodepende de la habilidad de sus creadores para mantenerse a tono con el gusto del consumidor”.
En el número 5 de la revista Archigram, dedicado a las megaestructuras, presentaron una serie de proyectosutópicos entre los que estaba la Plug-in City. En sintonía con los metabolistas, la Plug-in City puede ser leída como una crítica al urbanismo de la Carta de Atenas, donde contrariamente al zonning,que implicaba la separación de las grandes funciones de la ciudad-máquina, éstos proponían aglutinarlas en una gran estructura. Sus referentes históricos declarados son las Prisiones Imaginarias de...
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