Ariel Jose Enrique Rodo
Es el año 1900: el recorrido histórico de América por el convulso siglo XIX ha terminado, o está a punto de terminar. Con igual ambivalencia, el balance de los logrosalcanzados por las naciones americanas es desastroso y, al mismo tiempo, prometedor: las perspectivas varían drásticamente si se analiza el progreso avasallador del ‘gigante del norte’, o si seestudian las posibilidades reales de la América Latina en su interminable lucha por la autonomía. En esta coyuntura histórica se enfrentan, por un lado, las paradojas propias de la Modernidad ante laaparente crisis de la ciencia y la democracia (grandes logros del siglo), y, por otro, los intentos por revitalizar el sentido espiritual y la capacidad artística del ser humano en el vacío que deja estapérdida de fe en el progreso. En el ámbito estético y literario, la tensión vuelca la mirada de los intelectuales y artistas americanos hacia lo simbólico, y es así como ideales de carácter romántico(prerrafaelismo, parnasianismo, decadentismo) se alinean con las inquietudes propias de fin de siglo. La América hispana, ahora hermanada con España tras el desenlace de la guerra hispanoamericana,enfrenta el desastre con las ideas regeneracionistas del la Generación del 98 y, rápidamente, el Modernismo cobra importancia continental. Inspirado por estas tensiones y embebido en este sentirestético, José Enrique Rodó escribe Ariel, ensayo en el que establece un contraste entre la situación latinoamericana y los peligros que representa el utilitarismo, la especialización y el materialismo parala libertada espiritual de América.
La propuesta de Rodó está estructurada en una serie de opuestos binarios que reelaboran las ideas de civilización y barbarie (Sarmiento), tigre de adentro y tigrede afuera (Martí), Europa y América, para centrarse ahora en la oposición entre los Estados Unidos y la América hispana, como ejemplos de lo material y lo espiritual, de lo utilitario y lo...
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