artefacta
Como actividad de carácter beligerante, en el sentido de que actúa positiva o negativamente sobre el entorno social donde se inserta, lapublicidad ha sido, casi desde sus orígenes, objeto de atención por parte de los Poderes públicos y, más recientemente, por parte de aquel tipo de asociaciones humanas encaminadas a defender sus intereses.Esta atención, que se manifiesta en los programas de acción y en las reivindicaciones elaboradas por las asociaciones más dinámicas, del contenido de sus mensajes o de sus formas de expresión ymás que de sus objetivos, de la posible violación de la libertad de elección del consumidor o del respeto al juego de la libre competencia entre las empresas de una misma industria.
Junto a estecontrol de la publicidad, existe también un sector de la doctrina que, de forma ininterrumpida, ha abordado el importante tema de la ética en la- actividad publicitaria como principio rector quebusca la verdad y la lealtad en las actitudes básicas de los profesionales que la ejercen. La deontología profesional, como parte de la moral aplicada a las actividades profesionales de losindividuos y como disciplina que estudia los derechos y deberes derivados de esa actividad, también ha irrumpido en la profesión publicitaria, hasta tal punto que, aun existiendo numerosos códigos deEtica Publicitaria, los propios profesionales están intentando elaborar mecanismos de autocontrol de los que se deriven normas propias para aceptar o rechazar los mensajes opor ellos elaborados antesde proceder a su difusión.
LA DEFENSA DEL CONSUMIDOR
Paralelamente a las normativas legales encaminadas a controlar los posibles efectos antisociales de la publicidad, existe una «rebelión»del consumidor contra el poder desarrollado mediante el proceso de concentración oligopolítica por parte de las empresas industriales y comerciales que permiten las nuevas formas de mercado.
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