articulo
Cátedra “Individuo y Sociedad Moderna”
Los tiempos hipermodernos
La felicidad paradójica
Pantalla Global
Tiempo contra tiempo o la sociedad
hipermoderna
A fines de los años setenta se introdujo en la esce
na intelectual el concepto de posmodernidad para ca
lificar la nueva situación cultural de las sociedades
desarrolladas. Surgidoinicialmente en el discurso ar
quitectónico como reacción contra el estilo interna
cional, muy pronto se utilizó para designar tanto la
desarticulación de los fundamentos del absolutismo
de la racionalidad y el hundimiento de las grandes
ideologías de la historia como la poderosa dinámica
de la individualización y pluralización de nuestras so
ciedades. Al margen de las diversasinterpretaciones
propuestas, se impuso la idea de que se necesitaba una
sociedad más heterogénea, más optativa, menos las
trada por las expectativas del futuro. Tras las concep
ciones entusiastas del progreso histórico aparecieron
horizontes más cercanos, una temporalidad dominada
por lo precario y lo efímero. Confundido con el des
calabro de las construcciones voluntaristas del futuro
y el triunfoparalelo de normas consumistas centradas
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en la vida presente, el período posmoderno señalaba
el advenimiento de una temporalidad social inédita,
caracterizada por la primacía del aquí y ahora.
El neologismo «posmoderno» tuvo un mérito:
poner de relieve un cambio de rumbo, una reorgani
zación profunda del modo de funcionamiento social y
cultural de las sociedades democráticasavanzadas.
Auge del consumo y de la comunicación de masas,
debilitación de las normas autoritarias y disciplinarias,
pujanza de la individualización, consagración del he
donismo y del psicologismo, pérdida de la fe en el
porvenir revolucionario, desinterés por las pasiones
políticas y las militancias: había que dar un nombre a
la tremenda transformación que tenía lugar en la esce
na de lassociedades opulentas, liberadas de las gran
des utopías futuristas de la modernidad inaugural.
Pero al mismo tiempo la expresión «posmoder
no» era ambigua, torpe, por no decir confusa. Porque
lo que tomaba cuerpo era evidentemente una moder
nidad de nuevo cuño, no una superación de ésta. De
aquí las legítimas reticencias que despertó el prefijo
«pos». Añadamos además lo siguiente. Hace veinteaños, el concepto «posmoderno» aportaba aire fresco,
sugería algo nuevo, una encrucijada decisiva. Hoy ha
quedado algo anticuado. El ciclo posmoderno se ha
desarrollado bajo el signo de la descompresión cool de
lo social; actualmente tenemos la impresión de que la
época ha vuelto a endurecerse, a cubrirse de nubes
sombrías. Hemos vivido un breve momento de re
ducción de las trabas y lasimposiciones sociales, pero
he aquí que éstas vuelven a estar en primer plano,
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aunque con rasgos nuevos. Precisamente cuando triun
fan las tecnologías genéticas, la globalización liberal y
los derechos humanos, la etiqueta posmoderno se ha
marchitado, ha agotado su capacidad de expresar el
mundo que se anuncia.
El «pos» de lo posmoderno tenía los ojos puestos
todavía en lo quequedaba atrás y se había declarado
muerto, permitía pensar en una desaparición sin con
cretar en qué íbamos a convertirnos, como si se trata
se de conservar una libertad nuevamente conquistada
a impulsos de la disolución de los encuadramientos
sociales, políticos e ideológicos.1* De aquí la suerte
que corrió. Esa época ha terminado.
Hipercapitalismo, hiperclase, hiperpotencia,hiperterrorismo, hiperindividualismo, hipermercado,
hipertexto, ¿habrá algo que no sea «hiper»? ¿Habrá algo
que no revele una modernidad elevada a la enésima po
tencia? Al clima de conclusión le sigue una conciencia
de huida hacia delante, de modernización desenfrena
da hecha de mercantilización a ultranza, de desregu
laciones económicas, de desbordamiento tecnocientífico cuyos efectos son portadores...
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