Así nomás

Así Nomás

Alonso Cueto

Hace algunos, años, en Madrid, asistí a una experiencia insólita, para la cual nunca me habían preparado: en una casa ocupada en ese momento en su mayor parte porespañoles, uno de los invitados hizo una imitación de un peruano, tal como actúa cuando va a comprar a una tienda. El resultado fue para mí imprevisto: según ellos, los peruanos íbamos caminando muylentamente por la calle, con aire cansino, y entrábamos a pedir algo arrastrando infinitamente los sonidos de cada palabra. Éramos todos un abierto contraste con la conducta de los españoles, gesticulantes,intensos, llenos de impulsos, apasionados hasta en los actos más cotidianos. Los peruanos, en cambio éramos lentos, pasivos, tristes. Según el imitador, quien se pasó un buen rato parodiando a todoslos amigos peruanos que tenía en España, el peruano tardaba siglos para hacer las cosas más intrascendentes, demoraba horas para terminar una frase y apenas reaccionaba a los más vibrantes estímulos dela música, el sexo o la comida.

Un tiempo después, hablando con un amigo, me recordó aquellas frases según las cuales los procesos históricos en el Perú podían verse como procesos empezados ynunca terminados, como desarrollos frustrados: burguesías incipientes que no desarrollaban como tales, revoluciones que no se culminaban, estados que no se consolidaban, etc. ¿Hay algo de común entre estaúltima apreciación de la historia moderna del Perú y las imitaciones que los españoles de Madrid hacían de los peruanos? Tal vez una característica de nuestra vida que puede ser definida como elprincipio de la carencia. A diferencia de otros países como España y México, el rasgo fundamental del comportamiento de los peruanos no es el exceso sino la carencia. Nunca nos proponemos ir más allá delas barreras nunca traspasamos los límites; más bien, tendemos a cuidarnos de ello. Actuamos sin tratar de terminar, de completar, de redondear. Todo se queda a medio hacer, por aburrimiento, por...