Atravesando Zelig De Woody Allen

Atravesando Zelig de Woody Allen

Adolescencia, atravesarla. Tal vez Woody Allen quería transmitir otra idea, otra visión, otra noción del “Quiero gustar” de Zelig, tal vez algo más global, más llevado a la incesante necesidad del ser humano del siglo XX de encajar en un mundo que avanza y cambia corriendo sin esperar a nadie. Pero desde la percepción apresurada de un joven de 20 años, enlo primero que se piensa ante la angustiosa vida de transformaciones que lleva Zelig, es en la adolescencia.

Aquella etapa vital en la que se está obligado a crecer con despabilada urgencia, precisamente por ese correr del mundo del que hablábamos antes, y en la que el joven debe comenzar a pensar como hombre, debe pensar por sí mismo, debe desarrollar un criterio suyo, debe,imperativamente, opinar de manera responsable y por cuenta propia.

Inicialmente, cuando se es distinto por ser igual a los demás, paradójicamente, se le atribuye a aquel ser una cualidad de fenómeno porque realmente hace algo que nadie puede hacer: convertirse, transformarse en el otro. Adaptar su pensamiento y, más sorprendente aún, su apariencia física para parecerse al otro y asumir su aspecto.Así pues esa persona, en este caso Leonard Zelig, es tratado como un prodigio, una criatura maravillosa que debe ser admirada por su disímil pero extravagante condición de ser otro que no es él.

Evaluado exhaustivamente desde el punto de vista clínico, como es de merecer, no logra acordarse que enfermedad aqueja a aquél hombre, tal vez un trastorno de personalidad, delirios o posiblementeun tumor cerebral. Lo que es lógico pensar, por lo menos para los especialistas es que ese hombre tiene algo malo.

Zelig es comparado con un camaleón, y ¿cómo no?. Sus capacidades de mimetismo se adaptan inequívocamente a las de este reptil que adecua su piel al color de su entorno para no ser visto y así protegerse de sus predadores. Y esto es precisamente lo que un adolescente hace y estambién lo que Zelig, inconcientemente, concibe.

Se cae pues en la ubicuidad del ser. Intentar serlo todo para poder ser alguien, pero al ser todo se es nada. Y Zelig termina por ser nadie. Carece de una personalidad, carece del ser libre individual.

Pero siempre hay un punto de quiebre, siempre hay algún amigo o familiar insolente que, aunque te ama y quiere tu bien, teenfrenta y te hace ver el problema. Para Zelig fue la Dra. Fletcher, que buscaba con ansias hacerse famosa con el caso de este peculiar paciente pero que últimamente deseaba ayudarlo y hacerlo feliz. He ahí entonces el papel del amigo desvergonzado que ayuda por algún interés propio inmediato pero que a fin de cuentas traerá mayores beneficios para el objeto del servicio.

La recuperaciónentonces es efectiva ¡Está curado!. El personaje, individuo, objeto del servicio, o Zelig, puede ahora pensar por sí mismo, opinar, tener criterio, asumir “sus propios sentimientos reales” y, fantásticamente, no transformarse en otros para sentirse protegido. Eres tú finalmente, o digamos, es Zelig.

Pero en ocasiones no es tan sencillo. Esa formación para opinar, o para hacerse un criteriopropio y, más allá de eso, expresarlo y defenderlo, puede convertirse en un arma de doble filo. Puede también ocasionarle ciertos enfrentamientos a la persona que los escuda si no se tiene el suficiente entendimiento para tolerar el pensamiento ajeno y aceptar que los demás pueden opinar de modo contrario o, más difícil aún, aceptar que se está equivocado. Es tal vez una de la tareas más arduas, peroasí como se puede aprender a hacerse de una opinión, se puede aprender también a respetar el juicio de otros.

Puede decirse entonces que, paradójicamente, entonces para encajar, ser aceptado, pero no resultar herido en el intento, se debe valer suficientemente de ser en sí mismo y defender su posición pero también debe valerse de ser el otro para poder llegar a un punto de concertación...