Autor Desconocido 11 Teodoro Gonzalez De Leon Arquitectura Y Politicapdf
TEODORO GONZÁLEZ DE LEÓN
Miembro de El Colegio Naáonal
Lo que voy a exponerles son casi pensamientos en voz alta, no hay nada
sistemático son sólo reflexiones aisladas, que ojalá guarden alguna cohe
rencia, sobre el tema que a todos nos preocupa: la relación de nuestro ofi
cio con la política.
Lo primero que me viene a la mente es que dentro de la cultura, la
política yla arquitectura —^y el arte en general— se desenvuelven en
tíempos distintos. La maduración de un estilo, de una forma de hacer
arquitectura a nivel personal y aún más a nivel de grupo, requiere un
tiempo más dilatado que el de la inmediatez que exige la política
(inmediatez, aún pensando en los planes de política de largo plazo).
Dicho de otra manera, no existe una arquitectura cardenista, nialemanista, ni lopezportillista, ni salinista. Algunos de esos regímenes impulsa
ron la construcción de edificios, como la Ciudad Universitaria con
Miguel Alemán o la Ciudad de las Artes con Carlos Salinas, pero no
determinaron el upo de arquitectura; la voluntad de hacer obras de un
político n o crea u n estilo arquitectónico. Algunos ejemplos me ayu
darán a explicarlo. En los años 30 en laAlemania nazi, y en Europa en
general, existían dos grupos de artistas y arquitectos enfrentados de
manera irreconciliable: un grupo mayoritario de artistas académicos y
otro, minoritario, de la vanguardia moderna. El primero lo integraban
artistas educados en las academias que seguían practicando un arte rea
lista del siglo XIX y una arquitectura neoclásica tradicional. No hay que
olvidar que fue enla Alemania en los comienzos del siglo xix que se ini
ció el movimiento romántico, que en arquitectura se manifestó con el
neoclasicismo, con creadores muy notables como Schinkel, Von Klenze
y más tarde Semper, amigos de Beethoven, Heine, Schubert y Kaspar
Friedrich. El neoclásico se consideraba por ese grupo como una tradi
ción nacional. Se enfrentaba al grupo minoritario —que crecía rápidamente— y que desde la década de los veinte defendía las ideas del
Movimiento Moderno. Escribo Movimiento Moderno con mayúsculas
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porque fue un verdadero salto mortal que dio un puñado de artistas ilu
minados en las primeras dos décadas del siglo, de manera simultánea
en Francia, Alemania, Rusia e Italia. Músicos, pintores, poetas, arquitec
tos y escultores cambiaron algo que se creía eterno;el arte clásico, que
con diferentes renovaciones y renacimientos había estado vigente, prac
ticado y disfrutado durante 2500 años, desde el siglo vi a. C , en Grecia,
hasta el final del siglo xix. La vanguardia alemana estaba formada por
dos corrientes que se mezclaban: la abstraccionista, con Klee, Kandinsky
y Baumeister, y la expresionista con Nolde, Kichner, Dix, Kokoska y
Beckmann; y lo mismosucedía en arquitectura con Hans Scharoun,
Max Taut y Erich Mendelsohn en el lado expresionista, y del otro, los
abstraccionistas con Walter Gropius —fundador de la Bauhaus—, Mies
van der Rhoe, Hannes Meyer —que trabajó en México y era amigo de
Tina Modoü— y otros muy notables, ahora casi olvidados, como Otto
Haesler y los hermanos Luckhard. En el grupo mayoritario académico
sobresalían Troost ySpeer, el ministro de Hitler. Los dos enemigos
rabiosos de la vanguardia. La élite nazi era profundamente conservado
ra en arte y compartía esos odios. La historia la sabemos todos: gradual
mente se fueron prohibiendo las distintas manifestaciones de la van
guardia. La "purga" final se realizó en un acto teatral y abyecto en
Munich, en 1937, con dos exposiciones simultáneas: una, que inauguraba el nuevo Palacio del Arte Alemán, proyectado por Troost, en la que
se exhibían 650 obras de 533 artistas académicos que pretendidamente
representaban el arte alemán oficial, y otra, inaugurada al día siguiente
en u n local improvisado, que se llamó "Entartete Kunst" (arte degenera
do) , en la que se exhibían más o menos el mismo número de obras,
pero de sólo 50 artistas de la vanguardia;...
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