Avatares

Avatares de invención política de México
INVENCION DEL SISTEMA POL MEXICANO
Forma de gobierno y gobernabilidad en México en el siglo XIX
SEMBLANZA
Sergio Miranda Pacheco
Hay libros que simplemente se leen y otros que se admiran. Invención del sistema político mexicano. Forma de gobierno y gobernabilidad en México en el siglo XIX se cuenta entre estos últimos. Luis Medina Peña ofrece en élmuchas lecciones, tantas que no creo posible hacer justicia a todas ellas en este espacio. Ante todo, se trata de un libro con un profundo aliento intelectual que deberían leer políticos, politólogos, historiadores y científicos sociales dedicados al análisis de la realidad política de nuestros días porque en él se dan cita la historia de las ideas, de las instituciones y del derecho, la cienciapolítica, la sociología, y la hermenéutica; del diálogo teórico, analítico y metodológico de esas disciplinas surgen las claves para comprender y explicar los avatares ideológicos, políticos, sociales, institucionales, violentos y bélicos por los que ha transitado la sociedad mexicana en busca de una forma de gobierno que produjese “la felicidad de la nación”, búsqueda que a lo largo del siglo XIXtuvo momentos y episodios sublimes, pero también otros muy desconcertantes que en la pluma de Medina Peña se integran como eslabones del complejo proceso de formación del régimen y el sistema político mexicano que tiene continuidad en el siglo XX.

Un libro con tal propósito no habría sido posible sin la revisión crítica a la que su autor –desde el enfoque del neoinstitucionalismo– somete losfundamentos teóricos y las interpretaciones hechas en los últimos cincuenta años por historiadores y especialistas de las ciencias sociales –revisión que le llevó a adoptar un nuevo armamentarium conceptual, como lo define él, con el que acometió el análisis de las evidencias empíricas del pasado político mexicano.

Así, mediante el uso de conceptos propios de la nueva ciencia política y delanálisis de la variabilidad institucional, la historia política decimonónica de México aparece no como una guerra de tirios contra troyanos, ni como el relato de las hazañas y miserias de los caudillos de una sociedad atrasada e inerme, sino como la visión de una sociedad diversa y dividida, anclada en el pasado pero politizada y atenta a su presente y su futuro, que trató de modelarse a través deinstituciones de gobierno y de la lenta construcción de un sistema político que heredaría el México posrevolucionario para corregirlo y adecuarlo a nuevas condiciones históricas.

Muchas cosas que se han dado por verdades son cuestionadas y corroídas por la interpretación de Medina. Así, el federalismo de la primera república no obedece a una ciega imitación constitucional de los Estados Unidos, sinoa una sanción de la realidad local y regional que la constitución gaditana ya reconocía. Iturbide cayó porque pretendió ignorar esta lógica histórica. La identificación entre liberalismo y federalismo, por una parte, y centralismo y conservadurismo, por la otra, no nació de facto, sino que se fueron acoplando en el accionar político dentro de las tradiciones políticas heredadas. La primerarepública federal fracasa, entre otras causas, no por el ilegal accionar de las logias, sino precisamente porque su prohibición impidió la formación de un sistema de partidos que habría permitido dar salida a las tensiones sociales y políticas de la época, agudizadas por el temor a la erección de un poder despótico que como un fantasma secular rondó la vida política de México. La sobada antípodahistoriográfica “federalismo contra centralismo” se desvanece ante la permanencia, en la constitución centralista, de principios de gobierno federalista. Los defectos constitucionales en materia electoral fueron sólo una parte del problema político de la primera mitad del siglo XIX, cuya gravedad se asentaba en el fraccionamiento y polarización de la elite política en ausencia de reglas para la...