Barroco: ese mestizaje visual en la época colonial






Universidad Central del Ecuador
Facultad de artes
Maestría en Estudios del Arte
Cultura Andina


Barroco: ese mestizaje visual en la época colonial.
(O: cómo auto-sabotear una conquista)
Juan Gabriel Chancay Bermello
Quito, 7 mayo 2013






El sonido de una trompeta hendiendo la noche abierta e irrumpiendo en el sueño de un niño dormido blandamente en su camastro dehierbas secas, irrumpiendo en la vida de un aborigen que vería sus días venideros llenos de una avalancha de imágenes e interpretaciones y reinterpretaciones, se hace escuchar a través de la jungla espesa. De ahí en más, imágenes borrosas de una infancia que pasa muy rápido: una madre llorando cada noche a la visita del hombre blanco, un padre cambiando el palo que siembra por el palo que castiga,un dios más alto que los suyos, un libro con reglas, una adolescencia lejos de sus dioses, una adultez en una cueva buscando el sol bajo la tierra, su pareja de vida llorando cada noche, como su madre…. Un hijo blanco. El inicio de una rebeldía que a la larga y bajo la tinta de su propia sangre daría a los pueblos de Latinoamérica su momento artístico más significativo.
La palabra clave en estepequeño párrafo contextualizador es, a razón de su peso histórico-híbrido, imagen. Imagen en esa amplia concepción que le da la su inherente diversidad frente a cualquier conceptualización que pretenda contenerla. Imagen comunicadora. Imagen colonizadora que “fue el agente cultural de una política de cristianización y, después, de mestizaje cultural. Pero también fue, en su forma popular, indígenay mestiza, una respuesta a tales políticas” (Gruzinski, S., 2005, p.513)
La entrada, violenta pero maquillada por la religión, de una mano, ¡qué digo mano!, de un pié colonizador-occidentalizador, tuvo uno de sus pilares más conspicuos en el manejo adecuado de la imagen como hocino igualador de creencias. La fuerza substitutiva de la iconografía manejada por el clero europeo de la época de laconquista se superpuso estigmatizando a los dioses nativos, los cerros fueron ensombrecidos por las iglesias, el sol, la mujer y la naturaleza suplantados burdamente por mármol tallado, por lienzos llenos de pálidos estereotipos, por ceremonias que exigían sacrificios disímiles. Esa fuerza substitutiva acarreaba más que solamente estereotipos teológicos, lo que hacía que su efecto fuera más queevangelizador en el sentido estricto de la palabra, más bien, actuaba como una suerte de estandarizadora de fondo y forma; es decir, moldeaba e instituía una historia europea que cubría la nativa, un prototipo ergonómico que apuntaba a las medidas del conquistador, una música ajena, una vestimenta diferenciadora, una costumbre intrusa, una mirada diferente, una intolerancia oculta por figuras y pornuevos mitos. Mitos sobre seres invisibles que apuntaban al castigo y al temor.
Es inscrito en esta esfera en donde el indígena empieza la asimilación de conceptos y saberes, saberes no solamente teóricos, sino también prácticos; es donde la hibridación, empujada por la imagen, empieza a germinar como un arte mimetizado por la mano autóctona.
la imagen cristiana difundida en tierras indias desde elprincipio de la conquista, se dirigía a mentes vírgenes de toda impronta europea (…) Los religiosos carecían claramente de medios para repensar la imagen cristiana, pero intuitivamente percibieron la necesidad de adaptarla al contexto (…), puesto que recurrieron al talento de los artistas indígenas para producirla. (p. 520)
¿Es entonces cuando el mestizaje empieza a manifestarse como unmovimiento artístico y gráfico, propio, desde una trinchera más bien discreta? ¿Es el cincel, el cuerpo1 o el pincel en la mano indígena la herramienta de cambio originaria para la consecución de una visualidad crítica? ¿Es, caminando sobre esta difusa línea limítrofe que es el arte, en donde se empieza a gestar una subversión circunspecta? La evidencia nos orilla a tomar estos cuestionamientos más allá...