big brother is watching you

Big brother is watching you
Autor: Jethro Masís

“If you want a picture of the future, imagine a boot stamping on a human face, forever.”
George Orwell, 1984.
A mí no me avergüenza confesar que tiendo a creer que los asuntos de este mundo se manejan, no
pocas veces, de forma conspirativa. Sin embargo, hay una cantidad ingente de teorías conspirativas
absurdas (como, por ejemplo, que laconquista de la luna no fue más que un montaje, o que el
mundo es dominado por una raza alienígena de seres reptilianos, o que la historia humana consiste
en el enfrentamiento de fuerzas demoniacas y divinas, cuyo final predestinado es el triunfo del gran
Padre Cósmico), a las que se debe, sin duda, la mala reputación de cualquier explicación que eche
mano de la conspiración.[*] Empero, cuandollegamos a saber a ciencia cierta que, de hecho, existe
la vigilancia y el espionaje ciudadano masivo de parte de autoridades gubernamentales con la ayuda
de corporaciones tecnológicas, esa confirmación de lo que siempre hemos sospechado es tanto más
inquietante.

Todo depende, desde luego, de qué signifique conspiración. A los fervientes negadores de las
teorías conspirativas les gustarecordar que existe un vínculo entre la creencia en las conspiraciones
y la paranoia masiva, y que en el pasado no pocos fanáticos religiosos y políticos han intentado
engalanar su verbo incendiario con inverosímiles, y excecrables, conspiraciones de toda clase.
Además, se nos recuerda, no hay tal cosa como el poder absoluto en las sociedades democráticas: el
poder, se argumenta, tiene siempre susgrietas y no es posible en sociedades como las nuestras, que
se caracterizan por el constante flujo de información a que tiene acceso un gran número de
personas, urdir malévolos planes a espaldas de la ciudadanía.
Si bien todos esos argumentos deben considerarse, yo sostengo más bien un sentido débil de
conspiración. No se trata, según mi parecer, de adscribirle a la historia humana una tramamaliciosa,
una perversa urdimbre a espaldas de todos los dormidos, a quienes habría que despertar para que
vean la verdad, y, en muchísimo menor medida, de una confabulación trascendental y ahistórica.
Tampoco se trata de que quienes traman, ostenten absolutamente el poder. Por algo intentan hacer
las cosas con secretismo; por algo procuran que sus amigos accedan a los puestos de poder; poralgo, cuando la opinión pública se entera de sus planes, nos hallamos ante un escándalo mediático
(que, lamentablemente, en eso se queda: en un escandaloso aluvión de noticias, de tweets y de posts
en Facebook). Parto simplemente de un dato: la desigualdad mundial arroja luz sobre quiénes
dominan el mundo. Son muy pocos y tienen, eso sí, mucho poder. Actúan torciendo la ley para su
beneficio,si cometen crímenes, no les pasa nada, o no les pasa mucho. No sólo los medios de
producción son suyos, sino también los grandes emporios de comunicación; la policía y el ejército
sirven a sus intereses. Y todas esas cosas, que para todos son consabidas. A quien dude del hecho de
que los poderosos conspiran, que nos explique por favor qué fue el memorando del miedo sino una
conspiración puestaen práctica al pie de la letra. ¿No fue acaso una teoría conspirativa aquella de
que Iraq era un poder atómico capaz de desestabilizar a la civilización? ¿No recibimos en la sección
internacional de La Nación ‘información’ acerca de dos o tres gringos muertos y absolutamente
nada sobre los cientos de miles de civiles asesinados y masacrados en las guerras de los poderosos?
¿No es ese un manejoabiertamente capcioso de la información? Así las cosas, más bien negar la
existencia de conspiraciones urdidas verticalmente, a saber, negar que existe algo así como la
ingeniería social, se parece cada vez más a un disparate.
Aclarado lo anterior, nos encontramos ahora con otra persona quien, al igual que Assange, ha
perdido su libertad por hacer lo correcto. Gracias a Snowden, en efecto,...