biografía Felipe Villanueva
Un poco por el lado del violín, pero más por las enseñanzas de su primo Carmen Villanueva, organista de la parroquia de Tecámac y que se encargó de darle la primera educación musical en forma, Felipe fue incursionando en el violín antes de cursar los estudios elementales de la escuela primaria.
Ya con el interés más definido, su padre Zenón lo animó aestudiar armonía con el director de la banda de música del pueblo, el maestro Hermenegildo Pineda; y el chico no sólo aprendió armonía, sino entró en conocimiento de la técnica de los instrumentos que integran una banda. Así, y con el asombro y la alegría de un chico cuando empieza a descubrir el mundo y ve cercano el horizonte de su vocación, Felipe Villanueva emprendió sus primeras giras por elEstado de México, como músico de la banda de Tecámac. Se cuenta que por aquel entonces, a sus diez años de edad, compuso su obra príncipe: una cantata intitulada El retrato del cura Hidalgo, seguida de una mazurka —género en el cual descollaría tanto— dedicada a su maestro Pineda y bautizada con el nombre de La despedida.
Apremiado por la facilidad que su hijo demostraba cada vez con mayorénfasis, su padre lo envió a estudiar al Conservatorio Nacional. Sin embargo, la experiencia resultaría amarga y provocaría un abatimiento en el ánimo de Felipe, pues por su origen indígena y rural —y no de buena cuna, como debería caracterizar a un aspirante al Conservatorio—, el alumno originario de Tecámac fue dado de baja, y ni siquiera los ruegos de su padre lograron reblandecer el dictamen de lasautoridades. Felipe Villanueva, el músico que daría tanto renombre a México en el mundo, jamás volvería a intentar su ingreso en el Conservatorio. Y la suerte le seguiría siendo adversa. Se inscribió a las clases de un maestro particular, Antonio Valle, en cuya casa no sólo recibiría sus lecciones sino además se hospedaría; pero la señora Valle vio con malos ojos que un muchacho tan humilde fuerahuésped de la casa. Por lo que el joven músico decidió regresarse a Tecámac.
Habían pasado un par de años desde su salida, y ahora, a sus 13, Felipe Villanueva, saboreando un inexplicable picor a derrota y amargura, regresaba a su pueblo, decidido a continuar sus estudios de manera autodidacta. Pronto se reencontró con su antiguo maestro Hermenegildo Pineda, quien lo invitó a reincorporarse a subanda y recorrer los pueblos vecinos, cosa que el muchacho aceptó encantado.
Al poco tiempo, Zenón Villanueva, impelido por la estrechez del medio en el que su hijo se desarrollaba, quiso inscribirlo en el Instituto Toluca; pero, como ya se había vuelto costumbre, el jovencito no fue admitido.
Entonces aconteció que un viejo amigo de Zenón Villanueva, Valentín Hernández, se comprometió a resolverlos escollos de Felipe y a acomodarlo en la ciudad de México para que continuara su carrera profesional, de acuerdo con las ambiciones del propio Felipe.
Tal como lo anticipó, le consiguió alojamiento en la casa de un amigo suyo, Luis Rodríguez, quien no sólo brindó su casa al joven músico sino le procuró un trabajo como violinista en la orquesta que se presentaba en el Teatro Hidalgo y que...
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