Biografias De Un Insano

Recuerdo I: Visiones Constantes
El agua caía sin piedad por el lugar… Como millones de cuchillas afiladas lanzadas simultáneamente a aleatorios objetivos. Ventarrones azotaban todo con crueldad, despidiendo furia incesante. El gélido aire se tornaba más despiadado al combinarse con los duros relámpagos que se estrellaban con rencor hacia la pobre tierra ajena a todo tipo de problema natural. Laschozas de por ahí duramente podían sobrevivir a tan inhóspitas condiciones, siendo arrasadas frecuentemente por el trombón que había aparecido desde hacía unos cuantos días.
La gente mostraba su más pálido rostro al contemplar en las noticias diarias la venida de huracanes, frentes fríos e inundaciones, pues estando en el año 2012 ya no le quedaría mucha vida al planeta Tierra, afirmabanalgunos. Los rezos se volvían cada vez más cotidianos con un único fin: el salvaguardar a la especie humana sin ninguna respuesta por parte de esa intervención divina que conmueve a tantas mentes hoy en día y desde hace milenios.
Pese a tanta catástrofe natural acechando en ese tenebroso mundo, ahí iba una pequeña sombra entre las calles; dando zancadas, saltos y piruetas para poder esquivar los charcosde agua estancados en el asfalto los cuales escondían peligrosas catacumbas ocultas mejor conocidas como “pozos al descubierto”.
¿Qué tanto podría hacer ese desdichado ser ante la invencible voluntad de la naturaleza? Muchos aguardaban en sus hogares a que la lluvia parara, con la esperanza de que aún resistieran a las nuevas amenazas del mañana.
El sospechoso corría a gran prisa, como si algole consternara inmensamente. Llevaba una gran chamarra de cuero negro con capucha igualmente oscura, la cual me impide echar un vistazo al rostro del sujeto; sus respiraciones terminaban en aire visible de tanto frío que exhalaba de su nariz. Un pantalón de mezclilla de un tono azul oscuro se lucía en su tren inferior. Varias cadenas doradas colgaban de su cuello y pulseras con afilados bordesllenaban sus muñecas. A duras penas puedo contemplar la mirada exasperante del apresurado ente: deduzco que es un hombre bastante joven, con unas cejas oscuras y pobladas, una nariz grande y fina, labios rojos y llenos de sangre que brotaba de cicatrices recién adquiridas, unos ojos desafiantes y osados que destellaban una luz roja. Tenis negros con gamas amarillas se vestían en sus pies, mientrasun cinturón de piel negra aseguraba que sus prendas inferiores no se deslizaran debajo de su delgadísimo cuerpo. Lo más extraño en este chico era algo que escondía bajo su susodicha chamarra: una caja o un pequeño artefacto de piedra negra con grabados dorados que protegía como si de un tesoro oculto se tratase.
La velocidad de sus pies aumentaba inmensamente, a modo de una locomotora.Repentinamente, sufrió un fuerte estrujón en su muslo izquierdo y terminó en el suelo, a varios metros lejos de su posesión. El dolor fue súbito y gigantesco… Sentía cómo el músculo de su pierna se retorcía a escala desastrosa, y el maldito calambre no cesaba de perjudicarlo e impedirle su avance. Con gran esfuerzo, tuvo que arrastrarse con sus brazos hasta la caja negra; la tomó y la cubrió del agua. Otroestirón hizo acto de escena en su extremidad, aumentando el sufrimiento. Levantó la prenda del área afectada y observó que su piel estaba llena de ronchas rojas y con un gran moretón en el centro. Efímeramente, su piel empezó a repararse a velocidad fulminante, y el dolor terminó. ¿Qué sucedió con su organismo? Pareciese que absorbía los daños y los asimilaba para poder combatirlos más rápido lapróxima vez que atacaran… Como cuando se fabrican las vacunas para los virus.
El mismo chico pareció impactado ante esto, y sus ojos se apagaban poco a poco. Se puso de pie velozmente, y echó a correr al doble de cómo había empezado. El cielo gris se opacaba a cada instante, y el frío se elevaba hasta condiciones de granizo. Creo que resistir a una granizada es un reto bastante riesgoso, y...