Birrey

1 de octubre, 5.00 am
La escena con el señor Renfield nos había alterado un poco a todos. No olvidamos que llamaba al conde Amo y era posible que deseara salir para ayudarle de alguna maneradiabólica.
Nos dirigimos a la casa de Dracula. El profesor extrajo de su maletín muchas cosas que dispuso en el lumbral y nos armo con crucifijos y flores de ajo. Por ultimo nos dio un fragmento dehostia consagrada que guardamos en sobres.
Entramos. La luz de las linternas eléctricas producía formas extrañas de todas las clases. Todo estaba lleno de polvo.
Como yo había copiado los planos de lacasa para su venta guie al grupo hasta la capilla. Habíamos esperado toparnos con algo desagradable, pero ninguno esperaba un hedor como el que nos encontramos. Después del primer titubeoinvoluntario examinamos detenidamente el lugar. Solo que quedaban 29 de los 50 cajones que el conde había enviado para si mismo.
De pronto, el lugar comenzó a llenarse de ratas. Seward llevaba consigo unpequeño silbato de plata que emitió un silbido bajo y agudo. Las ratas se multiplicaban por millares. En eso los perros terrier del doctor Sewar d entraron a la casa llamados por un silbato asustaronalas ratas. Solo así pudimos salir y recuperar el animo.
Cuando regresamos en contre a mina dormida. La vi mas pálida de lo habitual.
Diario de Mina Hacker.
1 de octubre.
Anoche, cuando semarcharon los hombres me acoste. Recuerdo que oí ladrar a los perros, y después todo se lleno de silencio. Como no podía dormir, me asome a la ventana. La niebla se extendía y se amontonaba junto ala pared como si quisiera subir hasta las ventanas. Luego soñé que estaba dormida y todo estaba en penumbra a mi alrededor. La niebla se volvía cada vez mas espesa y yo la veía entrar a borbotonespor los requisitos de la puerta. Me pareció ver dos ojos rojos y comprendí de pronto con horror que era así como Jonathan había visto materializarse a esas mujeres espantosas entre la niebla y debí...