canario polaco

Cuento Literatura

Otra vez más estaba al lado de ese árbol. Ese que me había acompañado tantas veces en días calurosos con la emoción a flor de piel y el corazón latiendo al ritmo de las piernasque corrían como si el mismo diablo estuviera detrás de ellas. Pero siempre me parece que falta alguien o algo. Es como si las ramas ya no resonaran, las hojas no susurraran. Lo que pasa es que paramí el árbol siempre tuvo compañía. Cualquier bulto suficientemente duro que completara el arco nos hacía gozar de la mayor forma que en ese tiempo, podíamos imaginar. Fuera la tarde más helada, lalluvia más punzante o el sol más abrasador nunca falto una pelota, ni compañeros o rivales todos persiguiendo el objeto que fue nuestro único anhelo. Así me encontraba yo en ese lugar con la sensación deque faltaba algo para que estuviera completo. Con ese mismo pensamiento fue que abrí los ojos y mire, a través de la penumbra, el reloj que me recordaba que se me había pasado la hora. No importaba adonde iba, lo importante para mí en ese momento era que seguía teniendo este sueño una y otra vez, y cuando lo tenía me entraba una nostalgia tal que no podía pensar en nada más los siguientes dosdías. En el sueño estoy con una pelota muy pesada que me ciega por como reluce y por más que trato de echarla a rodar no se desprende de mis manos. En esos tiempos era muy distinto, no había más que llegarcorriendo al palo señalado para luego dar inicio a una batalla de proporciones épicas que se prolongaba por horas que se hacían segundos. Pero volviendo al ahora me encuentro rodeado entre bocinasestridentes tan innecesarias como pasarse de caño a un delantero en el área chica, pero no hay nada más que resignarme a mi suerte. Claro que mis piernas gritan por acción y tengo que luchar pormantenerlas quietas y no atropellar a nadie. En mi tienda es lo mismo, muchas caras nuevas y a esperar que se termine la jornada para empezar otra vez más. Creo que habiendo visto todo esto no necesitaba...