Caperucita Choni

Era un día normal en la vida de Caperucita, la chica más choni y malota del instituto. Era sábado y como ya era tradición, se desarrollaba la siguiente escena:

¡Caperucita, tienes que despertarteya! ¡Es casi la hora de comer! - decía la madre de Caperucita.-
¡Tía mama, joe, que quiero seguir durmiendo! ¡Ayer me acosté muy tarde de la botellona y no tengo ganas de nada, paso de ti, tía!¡Como no te levantes en 10 minutos te juro que vengo y te moñeo!

Caperucita esperaba a que su madre se fuera, y entonces era cuando empezaba su día. Iba al baño, se hacía una foto de morritos y la subíaa Instagram, mandaba su saludo diario por Twitter y respondía todos los mensajes sin responder de WhatsApp.

Cuando Caperucita Moderna bajó a desayunar su Cola-Cao, su madre le mandó un recado.Pero aunque ella no estaba dispuesta a hacerla, tuvo que aceptar. Porque como siempre, su madre la amenazaba con quitarle todo su maquillaje.

A ver Caperucita, cuando termines de desayunar quiero quele lleves esto a La Manoli porque está mu’ malita y yo no puedo ir porque tengo que ir a mis clases de fitness. Así que ya sabes, te preparas y vas, que no tienes nada que hacer.
¡Pero mama, yo nopuedo ir!
¿Y eso por qué? ¡Venga, dame una razón convincente!
¡Es que he quedao’ con la Jenny, que va a hacerse las pruebas para ver quien es el padre de su hijo!
Hija mía, siempre igual… ¡O vas o tequito los maquillajes!
Joe tío, siempre igual… Pfff paso…

Se puso sus leggings de estampado leopardo fluorescente, cogió su móvil, puso su música reggaeton a todo volumen y se fue cantando haciala casa de la amiga de su madre.

Pero no todo en esta historia fue de color de rosa. Por el camino, Caperucita se encontró con su archienemiga La Jessi, la choni más choni del barrio de al lado.Nada más se vieron, se miraron la una a la otra con mucho asco, y empezó la discusión.

Quilla, ¿dónde vas tú tan vacilona? -dijo la Jessi-
Mira, paso de ti, déjame en paz porque estoy haciéndole...