Caracas madre, caracas hija

Caracas madre, Caracas hija

La ciudad existe en nosotros como escenario de nuestras acciones, angustias, recuerdos, sueños y añoranzas; Caracas, es sin duda la nostalgia del pasado con ansias de futuro. Es difícil olvidar el valle de los techos rojos que define nuestras raíces, arraigadas tan profundamente, que hasta los que no vivimos aquella época tenemos recuerdos, quizás imaginarios,llenos de melancolía por volver el tiempo atrás. Sin embargo, la ironía se hace presente cuando a esos sentimientos los acompaña el deseo de futuro, de urbe, de modernidad.

No es difícil escuchar frases como: “ojalá volvieran los tiempos de antes” o “¿cuándo seremos un país desarrollado?”, expresiones que reflejan una cierta inconformidad con el presente, con la ciudad actual, llena de edificiosaltos, vehículos, autopistas, apuro, contaminación, estrés y modernidad; factores que mantienen viva, en mucho de sus habitantes, la esperanza de trascender y en otros tantos, el sueño de volver el tiempo atrás.

Como dice Hurtado (2009), “Podemos hablar con la imagen del sector caraqueño de Los Dos Caminos: uno conduciendo al pasado, otro dirigiéndose al futuro” (p.200); pero ambos con elmismo fin, la búsqueda de una sociedad mejor, de traer del pasado esos atributos imborrables y esperar del futuro lo que creímos imposible.

El siglo XX para los caraqueños fue el período del progreso, de las transformaciones; iniciado con escasos noventa mil habitantes que convivían bajo la estructura de cuadrícula colonial extendida, con servicios básicos deficientes, y condiciones de salubridadque mantenían a la población estacionaria, ya que solamente se contaba con el hospital Vargas. Se comienza a notar el desarrollo con el alumbrado eléctrico, estructuras arquitectónicas, y con los ferrocarriles que comunicaban a la capital con Valencia, los Valles del Tuy y La Guaira; obras ingenieriles de relevancia que permitían atravesar al pulmón natural de Caracas, el cerro Guaraira Repano,marco de nuestra bella ciudad.

Los capitalinos se concentraban en plazas para el esparcimiento familiar, publicaban en los periódicos los días de las visitas para no ser molestados, realizaban los baños de playa por prescripción médica, y en el caso de los hombres, no salían a la calle sin sombrero y esperaban ansiosos cumplir los 15 años para poder utilizar pantalones completos. Se comienza adisfrutar del teatro, de la plaza de toros, y hasta proyecciones de películas como medidas de entretenimiento.

Se disfrutaba de una organización envidiable, donde los espacios públicos eran parte fundamental del diario de la sociedad, y con formalidades que permitían tener una vida llena de tranquilidad y planificación. En contraste con la metrópolis actual, donde las plazas se transitanvelozmente, las playas no se dan abasto, los protocolos sociales se ven minimizados, los espacios de esparcimiento conllevan a la singularidad y a la escaza interacción humana; donde los espacios individuales se solapan entre sí.

Entre las muchas peculiaridades que aún se conservan en algunas áreas de nuestra ciudad capitalina, está la estructura de las direcciones, como señala Garam Mattar (1998)“Característica casi única de tener la nomenclatura por esquinas y no por calles, el centro y oeste de la ciudad capital “.

Con la llegada de los automóviles, la sustitución de las grandes haciendas por urbanizaciones, la aparición de los clubs campestres como nuevos centros de esparcimiento, y la construcción de grandes obras: Ciudad Universitaria, los museos de Bellas Artes y de Ciencias, entremuchas otras; comienzan un auge acelerado que trae consigo un desarrollo petrolero desmesurado, dando inicio a la metrópolis que hoy conocemos.

En 1940, ya con doscientos cincuenta mil habitantes y tres mil vehículos, los techos rojos van perdiendo su color para teñirse de grandes edificios, se lleva a cabo un proyecto de ampliación de las calles, se inaugura el aeródromo de la Carlota, el...