Carrusel

NOS ACOSTUMBRAMOS.

Nos preparamos unos mates, un café o bien un té. Prendemos la radio o la televisión. Y escuchamos. Nos dejamos transportar por ese locutor, por esa panelista con una vozarmónica, reconocible, identificable, como la voz de todas las mañanas. O bien leemos el diario. En papel o digital, nos detenemos en la sección que más nos identifica, que más nos gusta. Deportes,cultura, economía, fúnebres. No importa la forma, sino el fin. Sólo queremos informarnos. Y a veces las noticias se reiteran, se repiten infinitamente. Robos, secuestros, inseguridad. Temas recurrentes denuestra sociedad. Un día amanecemos con el hurto de un bandoneón, otro con el de las joyas de la abuela, más tarde con la explosión de una caja fuerte con miles de dólares. Y nos acostumbramos atodo. Como los animales. Nos acostumbramos a que el delito siga estando, firme, de pie en las calles de nuestro país. Nos acostumbramos a que nos roben la billetera en una avenida, nos acostumbramosdarle al otro la llave de nuestro auto, de nuestra casa. Nos acostumbramos a decir “Por suerte no pasó nada” .
Nos acostumbramos a saber que los violadores entran por una puerta y salen por la otra.Nos acostumbramos a que un cantante de rock queme a su mujer e intente buscar alguna nimia excusa para evitar la sentencia. Nos acostumbramos a que nadie se haga cargo de nada. Nos acostumbramos aciertos hechos. Y no tenemos por qué hacerlo. Queremos medidas justas, estrictas, que se cumplan. Queremos jueces, fiscales y abogados rectos, derechos que hagan cumplir las propias leyes. Queremosno acostumbrarnos a la impunidad, a saber que un adolescente con un arma puede terminar con tu vida, tan sólo en un abrir y cerrar de ojos. Queremos no acostumbrarnos a lo que ya estamosacostumbrados.
Pero también hay otros acostumbramientos, tal vez más placenteros, más reconfortantes: nos acostumbramos a cuidar todos los miércoles a la mañana a nuestros nietos, ahijados, sobrinos; nos...