Carta A Jesus De Nazaret

CARTA ABIERTA A JESÚS DE NAZARET. SEMANA SANTA.
VICTORIANO MARTÍ GIL.
Amigo Jesús: He releído en el Evangelio el relato sobre tu entrada en Jerusalén días antes de tu condena y muerte y he tenido un flash acerca de tu persona, tu vida y tu mensaje: fuiste un contrapunto conflictivo y una provocación para muchos de los criterios, poderes y poderosos de tu tiempo: precisamente, en los díasanteriores a la Celebración de la Pascua judía, cuando los que gobiernan lo humano y lo divino, oprimen al pueblo con sus abusos, robos, exigencias e imposiciones y se concentran en la ciudad adornando sus casas, caballos, carruajes y filacterias, se te ocurre entrar y pasear montado en un joven pollino por las calles de Jerusalén y ser aclamado por el pueblo como el Mesías y su Salvador, y, además, dicesclara y públicamente que eres el Hijo de Dios. ¡Fuiste un blasfemo que te ganaste a pulso la muerte que te dieron! Pero esto ya te venía de lejos: Naces de una mujer que “no conoce varón” (repudiable, lapidable y posible sujeto paciente de la violencia de género), fuera de tu pueblo (forastero, extraño), en un pesebre, por no haber sitio en la posada (pobre, excluido, marginado); tus padrestienen que huir contigo a Egipto (emigrantes); empiezas y terminas tu vida pública de un modo desconcertante: en las bodas de Caná de Galilea, cambias el agua en tan buen vino, que rompes el rito de que el mejor se debe beber al principio y no al final; en tus últimos días, no sólo dices que eres el Hijo de Dios, sino que añades: “Yo soy el pan de vida…; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por lavida del mundo… El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.” (Jn. 6. 4-56) ¡Muchos te abandonan, Jesús, porque lo que dices es de escándalo! No eras amigo de visitar templos, sinagogas y palacios, ni a los que lospresidían, aunque en los últimos días hablas con decisión y claro en el atrio del Templo de Jerusalén. Hay dos visitas claves: Cuando, siendo adolescente, subes a él con tus padres y desconciertas con tus palabras a los ancianos y “sabios” del lugar; cuando entras en él y, cargado de ira, vuelcas las mesas y echas a los mercaderes y cambistas que lo han convertido, de lugar de oración, en cuevade bandidos. ¡Eres provocador, violento y buscador de líos y altercados! Ahí decidieron matarte los sacerdotes y escribas. Las dos veces que se dice que estuviste en una Sinagoga no te entendieron: en tu pueblo se extrañaron de que hablase tan bien el “analfabeto” hijo de sus paisanos y “pobres obreros” María y José; en Cafarnaúm, lograste enfadarlos y que te echaran de la ciudad e intentaranarrojarte por un barranco. ¡Escandalizas al pueblo! ¿Y en los palacios?: En el de Anás te dan una bofetada por decir lo que piensas; en el de Herodes guardas silencio porque te tratan como un bufón y hacedor de “milagros”. En el de Pilatos, tan supersticioso, le asustas al decirle que eres “Rey” y tan cobarde, que no atreviéndose a condenarte, te entrega a tus enemigos, “lavándose las manos”. ¡Norespetas a las “personas importantes” ni a la autoridad! Tienes una idea del Templo inaceptable para muchos, cuando dices: “… llega un tiempo en el que no adoraréis a Dios en este u otro lugar, sino que lo adoraréis en verdad y en espíritu”; pensamiento que amplía San Pablo al decir que nuestros cuerpos son “Templos del Espíritu Santo”. El Templo fundamental para ti son las personas, sus corazones ysus lugares: los caminos, las montañas, los campos, las playas, las calles y plazas de los pueblos, las casas de los amigos… Es ahí donde escuchas, acompañas, curas, resucitas, consuelas y enseñas, no con elocuentes discursos y sermones tridentinos, dogmáticos y condenatorios, sino con palabras

sencillas, cargadas de amor y de perdón, adaptadas al público que te escucha: les enseñas con...