Caso: Maderas Modernas

MADERAS MODERNAS, S.A. DE C.V.

“Llegué aquí hace dos años. Poco después, comenzamos la guerra abierta contra el Sindicato. Llevamos una delantera, pero la guerra aún no se ha ganado”. Estas fueron las palabras de Jorge G. Fucilla, subgerente de una gran firma de muebles establecida en San Carlos, capital de Domingo, Centroámerica. [1]

La planta de San Carlos era una de las tres fábricas enDomingo que pertenecían a Maderas Modernas, S.A. Se dedicaban a la fabricación de muebles de dormitorio y salas (de estar) de bajo costo. En aquella época, trabajaban 268 empleados en la planta de San Carlos. Los trabajadores estaban representados en el Sindicato Industrial de Trabajadores y Empleados Maderas Modernas, S.A. (SITEMM), que estaba infiltrado por comunistas. Antes del nombramientodel Sr. Fucilla como subgerente, las relaciones laborales en la planta de San Carlos habían sido un problema muy molesto durante varios años. Con dicho nombramiento, se le otorgó plena autoridad al señor Fucilla para disponer y administrar las políticas en cuanto a relaciones laborales.

Antecedentes.

Maderas Modernas, S.A. fue fundada en 1972. Desde entonces, había crecido hasta llegar a serla mayor firma de productos de madera en Domingo: alcanzaba casi el 60& de las ventas totales de productos del país acabados en madera dura. La oficina central de la compañía se encontraba en Curitiba. Además de la planta de San Carlos, la compañía tenía plantas más pequeñas en Curitiba y Puerto Stanley, en la costa sur del País. Hace diez años la compañía amplió sus operaciones para incorporar aellas la importación y conversión de telas sintéticas, incluyendo dacrón y nylon para tapicería y además, inició experimentos con el fin de usar varios plásticos como sustitutos de madera.

En 1994, poco después de la modificación del Código de Trabajo de Domingo, varios sindicatos intentaron organizar a los trabajadores de la planta de San Carlos. Resultó evidente que los trabajadores queríanun sindicato y la gerencia temía que una organización dirigida por comunistas resultará victoriosa. Por lo tanto, el gerente de la fábrica de San Carlos estimuló la organización de un sindicato auspiciado por la compañía. Puso a algunos de sus empleados más inteligentes, incluyendo supervisores, en puestos claves a fin de que llegarán a ser los dirigentes del sindicato. La estrategia tuvo éxito yen 1995 nació SITEMM.

Después de organizar el sindicato, éste y la compañía entraron en negociaciones para celebrar un contrato colectivo y de trabajo y en julio de 1995 se firmó uno con estipulaciones dictadas, casi en su totalidad, por la gerencia de la compañía. Poco después de haber entrado en vigencia el contrato se comenzó a rumorar que Miguel Pereda Aparicio, Secretario general delSindicato, había recibido $2,500.00 (1) de la gerencia por la aceptación del mismo. A otros funcionarios del sindicato se les acusó de haber aceptado sumas menores. La propagando se tornó tan intensa y efectiva que la mayoría de los asociados llegó a creer que los cargos eran ciertos; en el mes de octubre, Pereda y los otros directivos fueron expulsados. Se les reemplazo con un grupo enteramente nuevo,encabezado por Rodolfo Luis Montero como Secretario general y Carlos Castillo Stein como Secretario de trabajo. Varios de los supervisores de la compañía estaban entre las fuerzas que respaldaron a Montero y a Castillo en su elección.

Apoyados en el conocimiento de que SITEMM era un sindicato auspiciado por la compañía y de que el contrato de 1995 estaba lleno de estipulaciones dictadas porella, Montero y Castillo rápidamente crearon fuertes resentimientos en contra de la gerencia. Ninguno de ellos había demostrado habilidades especiales como dirigente en el pasado; ninguno había sido considerado por los representantes de la compañía como un empleado agresivo. Ambos eran empleados semi especializados del departamento de tornos y varios meses sigilosamente habían estado ganando...