Censura

Eduardo Michelen Gómez 7 de febrero de 2012
Trabajo: Censura en Hispanoamérica

Érase una vez, en el Chile del antiguo siglo o dígase mejor del pasado milenio, un valeroso y honorableCaballo galopeaba por el reino animal velando por la seguridad del resto de la vida salvaje. En esa agotable, pero insaciable tarea por la búsqueda del bienestar común, el insigne Caballo aceptó,ingenuamente, la subida al poder militar de un maquiavélico Gorila deseoso por obtener el puesto que ocupaba el noble Caballo. Tal parecía que el Gorila padecía del síndrome de Macbeth, y el un día de uncierto mes, el cuyo he decido olvidar, la fuerza bruta del Gorila prevaleció derrotando así el poderío del benigno Caballo. Si tan solo la historia terminará aquí, no hubiera razón por la cuál continuar,pero por cada mililitro de tinta utilizado en esta corta historia, millones de gotas de sangre fueron derramadas.
Una vez obtuvo el poder, su primer acto fue extirpar cualquier animal que podríapresentar una ventura a su régimen tiránico. El método de erradicación era ampliamente conocido: fusilamientos. Al pasar apenas una década, ya el número de asesinatos por parte del Gorila sobrepasaban los3,000. Entre estos la mayoría de las víctimas eras criaturas serviles como mulas, burros de carga, vacas entre otros. Mientras que los más poderosos, que adquirieron más potestad después delasesinato del Caballo, eran protegidos por el sistema (dígase de las hienas, zorros, y buitres).
Era una época lóbrega para las verdes praderas Chilena, el ganado luchaba por el día a día, los depredadoresgozaban de lujos venales y en ese lapso el Gorila proclamaba su supuesta piedad y denominaba el régimen como una “dicta-blanda”. Pero no hay pueblo que soporte un permanente látigo inmisericorde de untirano, y éste ofuscado por la presión internacional de otras praderas alrededor del mundo, aceptó un plebiscito para que los animales votaran a favor o en contra del gobierno, ganando amplia y...