Ciceron

Páginas: 14 (3352 palabras) Publicado: 17 de septiembre de 2012
La educación en Roma

CICERON. “Del Orador”. Selección.
En Obras escogidas. Trad. Carlos A. Disandro. Bs. As. Ateneo.1965




Libro Primero

Trayendo yo muchas veces a la memoria los tiempos antiguos, siempre me han parecido muy felices, oh hermano Quinto, aquellos hombres que, habiendo florecido en la mejor edad de la república, insignes por sus honores y por gloria de sus hechos,lograron pasar la vida sin peligro en medio de las actividades o con dignidad en medio del ocio. Ha llegado el tiempo en que a todos parecería justo (...) que yo comenzase a descansar y aplicar el ánimo a nuestros estudios predilectos, cesando ya en mi vejez el inmenso trabajo de los negocios forenses y la asidua pretensión de los honores. Pero esta esperanza y propósito míos se han visto fallidospor las calamidades públicas y por mi varia fortuna. Donde pensé hallar tranquilidad y sosiego, me asaltó un cúmulo de molestias y se desataron las más violentas tempestades. Y pese a haberlo deseado vivamente, no me ha sido posible aplicar la fruición de mis ocios al desarrollo y al cultivo de aquellas artes, a las que estuve dedicado desde la infancia.
A ti, hermano mío, nunca dejaré decomplacerte ni de atender a tus ruegos y exhortaciones, porque nadie tiene tanta autoridad conmigo, ni a nadie profeso tan buena voluntad.
Es mi propósito hacer memoria de un antiguo recuerdo, pese a que lo conservo vagamente, adecuado sin embargo, según creo, a lo que buscas, a fin de que conozcas lo que han opinado sobre el arte del bien decir los varones más elocuentes y esclarecidos. Muchas vecesme has dicho que (...) debía yo publicar algo más acabado y perfecto sobre esta materia; y muchas veces en nuestras conversaciones sueles disentir de mí, por creer yo que la elocuencia exige el concurso de todas las demás artes que los hombres cultos poseen; y tú, por el contrario, separas la elocuencia de la doctrina y la haces consistir en un cierto ingenio y maestría. (...)
Sin duda que es laelocuencia algo más de lo que imaginan los hombres, y que requiere mucha variedad de ciencias y estudios. ¿Quién al ver tanta multitud de discípulos, tanta abundancia de maestros, tan buenos ingenios, tanta riqueza de causas, tan grandes premios propuestos a la elocuencia, dejará de conocer que el no sobresalir en ella radica en su increíble grandeza y dificultad? Pues ella abraza la ciencia demultitud de cosas, sin la que es vana y ridícula la verbosidad; y al mismo discurso debe configurarse no sólo por la elección sino también por la construcción de las palabras; el orador ha de conocer profunda y cabalmente las pasiones que la naturaleza otorgó a los seres humanos, porque en excitar o calmar el ánimo de los oyentes consiste toda la fuerza y valor del discurso. Añádase a esto ciertaamenidad y gracia, erudición propia de un hombre culto, rapidez y oportunidad en el responder y en el atacar, unido todo a una belleza discreta y urbana; por lo demás debe poseer el orador el conocimiento del pasado y el afán de los ejemplos, y no debe descuidar la ciencia de las leyes y del derecho civil, ¿Y qué diré de la acción misma, que consiste en el movimiento del cuerpo, en el gesto, en elsemblante, en las inflexiones de la voz? Cuán difícil sea ella por sí sola, bien lo declara el arte escénico y de los histriones, en el cual, no obstante que hagan todos singular estudio de voz, de semblante y de gestos, vemos cuán pocos son y han sido siempre los que se pueden ver sin disgusto. ¿Qué diré de la memoria, donde se atesoran todas las cosas? Si ella no se constituyera en custodio detodos los hallazgos y pensamientos, expresados en palabras adecuadas, es evidente que serían inútiles todas las cualidades del orador, por brillantes que fueran. No nos admiremos, pues, de que sea difícil la elocuencia cuando tanto lo es cada una de sus muchas partes (...) Nadie, en mi opinión, podrá ser orador perfecto si no logra una instrucción universal en ciencias y artes: estos conocimientos...
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