Ciudad De Las Esfinges

1. Mi nacimiento y mi fuga:
Dice que Escocia era aún más verde que hoy, sus ríos, sus arroyos, sus lagos eran más puros bajo un cielo más sereno, la gente era más ahorrativa, los kilts y los tartán más baratos y de mejor calidad.
Que eran los años felices del buen rey Eduardo, el séptimo. Entonces le era más fácil a un muchacho trabajador y respetuoso de sus padres labrarse un buen porvenir.Su madre murió cuando él nació, él solo la conoció de oídas, por lo que de ella pudieron contarle su padre o los mayores de sus doce hermanos.
Su madre los había dejado como herencia muchos refranes, que reflejaban la sabiduría de su carácter. Sobre todo uno, el más importante, el más preciado de todos, ya que fue el mismísimo Nuestro Señor Jesucristo quien se dignó transmitírnoslo: Bástale a cadadía su afán.
2. Una visita extraordinaria:
El había entrado en una enorme sala abovedada en la que aguardaban dos grupos bien distintos de personas: gentlemen, sus esposas y algunos niños, que habían ido en coches y tenían los zapatos limpios, al otro lado, gente del pueblo, llegados en bicicletas o a pie, con los zapatos más o menos llenos de barro.
Una voz le rogó que volviera a laentrada y se quitara allí el barro de los zapatos.
Alzó la cabeza: ante él tenía a un mayordomo con patillas, alto, fuerte y gordo, que parecía, dentro de su uniforme negro con pechera blanca, una monstruosa golondrina.
3. Prisionero con un fantasma, o acaso con varios:
Aquella tentación punzante se le clavó en el espíritu, ¿por qué no volver furtivamente sobre sus pasos, hasta la cocina y latorre contigua? Allí había una fresquera repleta y un desván bien resguardado.
No le agradaba demasiado la perspectiva de dormir encima de la habitación de Arthur, en una torre maldita desde la fecha de su construcción.
4. En el que atrapan al fantasma:
Durante un rato no paró de temblar dentro de aquel baúl que olía a moho. Al final , armándose de valor, levantó un poquito la tapa: ya habíaamanecido del todo, una viva claridad de verano inundaba el desván, y un sordo rumor parecía venir de la cocina en la que andarían preparando el desayuno. Ahora él sería capaz de comerse la pata del cordero, cruda y todo; y otra vez tenía sed.

5. En el que me atrapa un fantasma:
Se acabaron en la cocina las charlas a las que sucedió el silencio más absoluto. Permaneció aún algún tiemposentado en su escalón, saboreando los buenos olores que desde la mañana se habían extendido por la escalera.
Cuando juzgó que Malvenor Castle estaba bien dormido, bajó a tientas hasta el rellano de la escalera, la cocina estaba sumergida en las tinieblas, en la espesa oscuridad de una noche estival antes de salir la luna.
6. Una amistad terriblemente cara:
Loco de contento se desbotonó la casacay sacó un cuchillito. Para probarle a Winston que había sacado provecho de su lección, dió la vuelta a un modesto paté de pueblo, igual que se vuelca una tortuga, y mientras su anfitrión y amigo le alumbraba amablemente con su vela temblorosa, empezó a escarbar con toda clase de precauciones …
El desastroso ejemplo de Winston le había quitado todo escrúpulo. Pero su ángel de la guarda velaba porél…
7. Demasiado esfuerzo … para una foto vulgar:
A pesar de su reciente resolución tuvo un momento de debilidad al pie de la majestuosa escalera de la sala de guardia, y otro más fuerte aún mientras atravesaban el gabinete de ciencias naturales, con sus pájaros clavados en pleno vuelo, sus pequeños mamíferos detenidos en mitad de su carrera, sus lagartos agazapados, sus serpientes dentrode unos tarros, sus mariposas crucificadas … Todos aquellos animales, ¿no recobrarían acaso la vida, a una señal del fotógrafo, para lanzarse en su persecución en una espantosa cabalgada?
8. Lord Cecil sale a cazar fantasmas:
Por la mañana, como todo parecía muy tranquilo, fué a dejar el boliche en su estuche. A la plena luz del día, el retrato del cuerpo entero de Arthur y su poney, por un...