Claros, precisos y buena presentación

Una palabra amable, un gesto considerado en toda situación, no hará perder nada sino que ganara mucho. Dios se dirigió a las grandes multitudes no lo hizo con rudeza ni amargura, siempredeclaro su palabra con dulzura y atraía por su enseñanza. Cuando estamos presentando una ponencia o discurso debemos ser como Dios, mostrar simpatía al hablar y al escuchar. Pero debemos tener cuidadocon aquellas palabras que pudieran causar daño o mal interpretar nuestro mensaje ya que muchas de nuestras palabras salen de lo más profundo de nuestros corazones y pensamientos y pudieran herir oalegrar a los demás. Toda palabra condenara nuestro carácter y conocimiento.

La paciencia será ratificada por los demás. Se debe ser como una roca y dejar que nuestra paciencia sea probadaantes las burlas y sarcasmos del público. El lenguaje sencillo y fuerte será nuestro aliado. Mientras más sencillo más elocuentes y claros seremos. Además debemos ser objetivos para lograr una finalidadsin preámbulos. De la misma manera debemos ser con nuestra vestimenta, sencillos y acordes con la ocasión en la cual nos presentaremos. Ahora que sabemos cómo podemos impresionar y mantener laatención de nuestros oyentes ayudara a prepararnos de manera efectiva llevándonos a la practicar para así sentirnos seguros para nuestro discurso.

La capacidad de un estudiante se calcula pormedio de la educación y conocimiento que ha recibido. Cuando se utilizan de manera eficaz y correcta su lenguaje en la lectura, escritura y conversaciones serán grandes obras. La palabra es como unapequeña semilla, en la manera que crecen nuestros pensamientos y palabras crecerá la semilla. Cultivar en nuestra voz lo máximo de nuestra capacidad nos ayudara a presentar claramente a otros la verdad ynuestro carácter. El carácter que se refleje influirá en nuestra palabra. Dependiendo de la relación que tengamos con Dios, se verán reflejados e influenciados las acciones, palabras y carácter...