Comentario sobre "Las preguntas de la vida"
Con el cintillo de la ignorancia y habiendo crecido en el vergel de la incertidumbre, es que me veo desprovisto de la fina estampa declaridad que me permita remitir lo dicho por el autonombrado “filósofo de compañía”, Fernando Savater, a lo que pasa en el día a día no sólo en la profesión para la cual me he estado preparando losúltimos tres años y medio, sino para cualquier intento de reflexión o de autoanálisis en relación con los hechos cotidianos, que, sin dejar de ser importantes, pierden lucidez y pasan a ser objetosinapreciables gracias a la realidad enajenante.
Sin embargo, es objeto del presente trabajo, hacer de la lectura amena y la reflexión a la que obliga todo escrito de esta figura de las letras, unaanalogía de la vida que se lleva y que no encuentra más que un énfasis menguante que ponen las personas en su andar por este mundo vacilante. Y precisamente así es como empieza el escrito de “Las preguntasde la vida”, con la invitación a ver que la filosofía no es sólo para los bachilleres o para aquellos que tienen tiempo, dinero o a los que gustan de las maravillas del arte; por el contrario, hace verque la filosofía existe por el hecho de pensar y reflexionar sobre lo que pasa en las acciones que parecen mecánicas, ahí, justo donde termina lo absurdo de la rutina y empieza lo fascinante de lasabiduría.
Empezar con la única certeza que se tiene en esta vida, siempre será un duro golpe para la mente aún fresca de los que no estamos del todo inmersos en el mundo de las ideas. Por lo tanto,qué mejor conflicto evoca a nuestra mente, que el de hacernos conscientes de que la muerte es la estación a la que atina el vagón en el somos viajantes de paso. Así, me obliga a pensar en la fugacidad dela presencia misma, y de la trascendencia de mis actos, en la pregunta de si seré recordado o si el tiempo borrará mi nombre en cuanto renuncie a mi existencia. Con este tema, aunado a los...
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