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En el paradójico mundo político de México las soluciones magistrales que se dan a los problemas torales y las relativas a las normatividades que se enmarcan en la Constitución para transitar conorden en los asuntos públicos, de convivencia, de progreso y de bienestar, por lo general, en vez de corregir conductas o consecuencias, al llevarlas a la práctica se convierten en todo lo contrariode lo estampado en el papel, en un marcado tinte de la más aberrante incongruencia.
Los Estados libres y soberanos del país, con fuerte convicción federalista deciden agruparse y forman los EstadosUnidos Mexicanos y de las diversas constituciones políticas estatales sale la Carta Magna que ha de regir la normatividad y emanar las leyes, códigos y reglamentos de la nación, independientemente delas propias de cada estado que han de seguir vigentes en cada uno de ellos.
Para poder gobernar, administrar recursos de la nación, hacer obra pública y las demás facultades, compromisos yobligaciones que ha de llevar el Gobierno Federal, los estados de la república han de contribuir entre todos para estos fines mediante aportaciones de sus propias recaudaciones en sus respectivos territorios.En esos momentos el Gobierno Federal no tiene tierras propias, ya que el territorio nacional está conformado por la perteneciente a los municipios, que a su vez le otorga espacios a sus propiasadministraciones de sus gobiernos estatales.
Hasta allí las cosas estaban como debieran. El Gobierno Federal recibía sus recursos por conducto de la contribución de los estados.
Luego se cambio la palabracontribución por la de impuestos. Y así regresamos a la era medieval donde tenías que pagar peaje para cruzar un río, o derecho de paso si tenías que pasar por un pueblo o simplemente por protegertede agresiones del más poderoso. Protección contra ese poderoso naturalmente.
Después las aportaciones de los Estados se invirtieron y todos los impuestos se convirtieron en privilegio del Gobierno...