Como podemos ver, Freud intenta conciliar los anteriores conceptos que
En 1923, en dos artículos que escribe parala Enciclopedia editada por M. Marcuse, Freud hace una revisión de su doctrina de las pulsiones justificando la necesidad del cambio operado y dejando en claro que la libido es “la manifestación energética [“fuerza”] del amor, como el hambre la del instinto de conservación [“pulsión de autoconservación”]”,80 lo cual nos remite a la vieja diferencia entre deseo y necesidad. Sin embargo, hay quetener en cuenta que las pulsiones parciales parten de diversos órganos corporales, como “el instinto [“pulsión”] parcial oral [que] encuentra al principio su satisfacción con ocasión del apaciguamiento de la necesidad de alimentación y su objeto en el pecho materno”81 [apuntalándose en el saciamiento de la necesidad de nutrición”, traduce Etcheverri]. Necesidad y deseo quedan así en una relación muycercana, pues la primera da origen al segundo. El deseo se autonomiza posteriormente de su relación con la necesidad. Cuando, después, el deseo trata de independizarse también del objeto, nace el autoerotismo –etapa intermedia previa al regreso hacia la búsqueda objetal –objeto sin el cual la necesidad no se satisface.
Como resulta obvio constatar, cuando se refiere a la “manifestaciónenergética del amor” [o “la fuerza del amor”, como traduce Etcheverri82] ya no está haciendo referencia al mismo orden de ideas que cuando se expresaba en términos del empuje de la pulsión sexual. Incluso podemos ver cómo en el artículo referido a la Teoría de la libido, luego de explicar que “lo que se conocía con el nombre de instinto sexual [“pulsión sexual”] era algo muy compuesto y podía descomponerseen sus instintos parciales [“pulsiones parciales”]; Freud aclara, al referirse a las características de la pulsión, que los clásicos conceptos de fuente, empuje, meta y objeto están referidos a las pulsiones parciales, y puntualiza que el fin [o “meta”] era siempre su satisfacción o descarga”.83 Adviértase que Freud está hablando de la historia de sus teorías sobre las pulsiones y, por ello,emplea el tiempo pretérito. En este orden de ideas, luego de explicarnos la necesidad teórica de fusionar las pulsiones sexuales con las de autoconservación (de donde aparecen los términos polares de libido objetal y libido narcisista, como ya quedó explicado), advierte, sin embargo, que “si los instintos de autoconservación del yo [“las pulsiones de autoconservación”] son reconocidos como libidinosos,ello no demuestra que en el yo no actúen también otros instintos”.84 ¿Cuáles serían esos “otros instintos”? Las pulsiones de muerte de sus segunda formulación teórica sobre las pulsiones.
Más adelante, cuando explica “el instinto gregario” [“la pulsión gregaria”] –al que también se refiere con el nombre de “instinto social” [“pulsión social”]– y las demás pulsiones sexuales de meta inhibida,vuelve a enfatizar la importancia de esta fuerza pulsional en el establecimiento y perduración de los lazos sentimentales: “A esta clase pertenecen en especial las relaciones cariñosas [“los vínculos de ternura”, Traduce Etcheverri], plenamente sexuales en su origen, entre padres e hijos, los sentimientos de amistad y el cariño conyugal, nacido de la inclinación sexual”.85 Como podemos advertir,...
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