Complices

Cómplices de un sueño



El sol como cada tarde iba regalando sus últimos rayos, espléndido como siempre, sin escatimar ni uno sólo. El hombre, aprovechaba estos últimos colores, estas tonalidades especiales, para dar las pinceladas finales al cuadro que estaba pintando. Dejaba volar su imaginación, soñaba despierto y disfrutaba con esa visión tan especial que la caída de la tarde leproporcionaba.
Estaba contento con el resultado de su obra, sin duda alguna era su sueño hecho realidad, no podía pedir más. Todo cuanto deseaba estaba reflejado en ese trozo de tela, había sido capaz de hacerlo, ahora descansaría después del duro trabajo, ahora podría hacerlo…
Algo turbó la paz de ese momento. El ruido del motor de otro barco que se acercaba despacio hacia su remanso de paz, las vocesde unos jóvenes, mezcladas con el sonido de la música, las risas… Su pequeña barca se mecía al compás de las olas, como queriendo acompañar a la fiesta de la otra embarcación.
Pararon el motor y algunos jóvenes se tiraron al agua, nadando, buceando, jugando con el mar y con su espuma, riendo y haciéndose bromas entre ellos. El hombre no quería mirar, solamente deseaba que los jóvenes semarcharan, que dejaran de inundar su territorio con sus voces, su música… que la paz regresara de nuevo a su barca, que le volviera a abrazar suavemente y que su abrazo fuera para siempre. Eso era lo que realmente deseaba, no volver a sentir la soledad, no tener que luchar cada día, cada hora, cada momento contra sus sentimientos, no volver a sentir.
Había depositado todos sus sueños en esapequeña pintura, había realizado esa obra obedeciendo a un instinto que ni él mismo entendía, había sido algo que le salió desde dentro, sin forzarlo, suavemente y con toda naturalidad. Así había surgido y él no se hacía más preguntas, simplemente lo admitía como algo natural, sin querer saber más.
El hombre miraba su obra ensimismado, preguntándose qué o quién le había empujado arealizarla, cuando notó que algo golpeaba el casco de su barca, volviendo a la realidad se fijó que el otro barco ya había partido con sus ocupantes y se alejaba llevándose con él todo lo que tanto le molestaba, así la calma volvía a rodearle. De nuevo oyó un ruido en la proa y se acercó curioso, entonces la vio, una joven intentaba subir al barco, pero no decía nada, solamente le miró y le regaló unasonrisa. Él no entendía nada, le costó un momento darse cuenta de la situación. Entonces reaccionó y agarrando a la joven por debajo de los brazos la ayudó a subir. Cuando estuvo arriba la contempló, la miraba sin hablar, admirando su figura, que se dejaba ver a través de la tela de su vestido blanco que tenía pegado a su cuerpo, solamente llevaba eso, un vestido blanco, y una flor en el pelo, unaflor blanca que destacaba sobre el negro de su larga melena.








Ella agradecida le regaló una sonrisa y después le obsequió con un suave beso, muy delicado y tímido, como con miedo al rechazo. Su cuerpo se acercó al del hombre buscando su calor, tenía frío, el sol ya se había ocultado y sus ropas mojadas hacían que su cuerpo temblase. El hombre con mucha delicadeza la ayudó adespojarse de las ropas mojadas, cosa que ella aceptó con toda naturalidad, quedándose así desnuda, solo con su blanca flor en el pelo y protegida por la semioscuridad de la noche.
Pero la luna curiosa se asomó a ver que pasaba en aquella pequeña barquita, en medio del inmenso mar, y con su curiosidad permitió al hombre poder admirar el cuerpo, los ojos y la bella sonrisa de la desconocida.Ella volvió a buscar el calor del cuerpo del hombre, segura de que se lo iba a dar, confiada en que sus brazos no dejarían que pasara frío y de que su abrazo sería lo más reconfortante para su cuerpo.
El la atrajo hacia sí y la rodeó en un cálido abrazo, deseoso de satisfacer a esa mujer y a la vez de sentir esa suave piel en contacto con la suya. De una forma natural sus miradas se...