Conferencia 29 Y 32 Res Men

29va conferencia

Sólo dos dificultades serias se han opuesto a la teoría según la cual el sueño es un cumplimiento de deseo.
La primera está dada por el hecho de que personas que han pasado por una vivencia de choque, un grave trauma psíquico (como tan a menudo ocurrió en la guerra y se lo encuentra también en la base de una histeria traumática), se ven remitidas por el sueño, con hartaregularidad, a aquella situación traumática.
Es algo que no debería suceder de acuerdo con nuestros supuestos acerca de la función del sueño. ¿Qué moción de deseo podría satisfacerse mediante ese retroceso hasta la vivencia traumática, extremadamente penosa?
[con mis palabras] El segundo hecho o dificultad mencionada es la frecuencia con que aparecen en los sueños las vivencias infantiles reprimidas,muchas de ellas de carácter penoso y displacentero. Sin embargo, dice Freud, esto podría verse explicado por el hecho de que a esas mismas vivencias van adheridos todos los deseos pulsionales incumplidos de esa época.
Por otra parte, dada la manera en que este material es reproducido resulta inequívoco el empeño del trabajo del sueño, que quiere desmentir el displacer mediante una desfiguración ymudar el desengaño en confirmación.
No ocurre lo mismo en las neurosis traumáticas; en ellas, los sueños desembocan regularmente en un desarrollo de angustia [no hay desfiguración]. Opino que podríamos decir que en este caso falla la función del sueño.
(…) Decimos que el sueño es un cumplimiento de deseo; pero si queremos dar razón de las últimas objeciones, diremos que, de todos modos, el sueño esel intento de un cumplimiento de deseo.

Conferencia 32

En su momento, se introdujeron en el psicoanálisis las “pulsiones yoicas” y las “pulsiones sexuales”. Entre las primeras incluimos todo lo que tiene que ver con la conservación, la afirmación, el engrandecimiento de la persona. A las segundas debimos conferirles la riqueza que exigían la vida sexual infantil y la perversa.
Asunto denuestro estudio fueron primero sólo las pulsiones sexuales, cuya energía denominamos “libido”. En torno de ellas intentamos aclarar nuestras representaciones sobre lo que era una pulsión y lo que podíamos atribuirle. Este es el lugar de la teoría de la libido.
Una pulsión se distingue de un estímulo, pues, en que proviene de fuentes de estímulo situadas en el interior del cuerpo, actúa como una fuerzaconstante y la persona no puede sustraérsele por medio de la huida, como es posible en el caso del estímulo externo.
En la pulsión pueden distinguirse fuente, objeto y meta. La fuente es un estado de excitación en lo corporal; la meta, la cancelación de esa excitación, y en el camino que va de la fuente a la meta la pulsión adquiere eficacia psíquica. La representamos como cierto monto de energíaque esfuerza en determinada dirección. De este esforzar (Drangen) recibe su nombre: pulsión (Trieb).
(…) Se llega a comprender que el yo es siempre el principal reservorio de la libido; de él parten las investiduras libidinosas de los objetos, y a él regresan, mientras la parte mayor de esa libido permanece de manera continua dentro del yo.
Por tanto, sin cesar se trasmuda libido yoica en libidode objeto, y libido de objeto en libido yoica. Pero entonces ellas no pueden ser de diferente naturaleza, no tiene ningún sentido separar la energía de una y otra, y es posible abandonar la designación “libido” o usarla como equivalente de energía psíquica en general.
No permanecimos largo tiempo en ese estadio del problema. La vislumbre de una relación de oposición dentro de la vida pulsionalpronto se procuró otra expresión, todavía más neta. Suponemos ahora que existen dos clases de pulsiones de diferente naturaleza: las pulsiones sexuales entendidas en el sentido más lato –el Eros, si prefieren esta denominación– y las pulsiones de agresión, cuya meta es la destrucción.
La suposición de que existe una pulsión de agresión de esa índole la hicimos sobre la base de consideraciones...