Confrontacion entre italia y latinoamerica

En relación con el seminario cursado este semestre sobre las posibilidades de tener un sistema judicial que ponga los derechos humanos como pilar universal y compartido para una justicia que se mueva libremente entre los territorios nacionales, propongo un ensayo que sale de mi experiencia personal y que evidencia la tesis sobre la necesidad de incluir en la evaluación de los derechos humanosfactores trascendentes a los del derecho positivo, tomando en cuenta también historicidad de los acontecimientos y entrando en campos suaves como las memorias, las psicologías y las emociones.
Como discutido muchas veces, los tribunales – nacionales e internacionales - llamados a encontrar una solución para crímenes y controversias de mayor gravedad, tienen que actuar entre las estrictas mallas delderecho formal dando sentencias que no responden al deseo de las víctimas para una reparación por lo que los afectó no solo en el campo material sino también emotivo.
En el caso latinoamericano - aún con diferencias, después del periodo de dictaduras, los pueblos, al rescatar su libertad, no han tenido una completa justicia por la represión que han sufrido ya que en pocos casos han visto susantiguos vejadores juzgados.
Los gobiernos que sucedieron, y que en parte tuvieron su legitimación por la esperanza de un cambio en la estructura del país, frustraron estas expectativas en favor de un pacto para un intercambio de poderes con los viejos oligarcas.
No hubo substanciales reformas ni en campo social ni económico y sobretodo, para estos países, el fin de las dictaduras no representó eltriunfo de la justicia. En cambio muchas de las personas que tuvieron parte activa en los regímenes todavía siguen en la vida política actual y en unos casos quienes participaron – empezando con los mandos – a mantener un estado de terror no fueron juzgados por sus crímenes.
En larga parte de la población latinoamericana se ha generado el convencimiento que después de muchos años de sufrimiento,las instancias de justicia y democracia que movieron las acciones de resistencia se quedaron incumplidas, y que si bien en todos los países fue restablecida la formalidad democrática, las demandas de reformas sociales y económicas necesarias para no volver a las causas que generaron las dictaduras no tuvieron lugar.
En esta realidad, el recuerdo de la violencia y el terror se afirma fuertementecomo voz en contra de la amnistía generalizada – o el tentativo de esta- proclamada por los gobiernos sucesores en contra de la voluntad popular que pretendía un largo proceso colectivo para aclarar la verdad.
Si en verdad en el discurso oficial se llevó a cabo la condena de un periodo, esto pero fue equivocadamente tratado como un hecho aislado o una anomalía temporal, sin una verdadera inserciónde esto en un contexto histórico en el cual se analizan las causas de continuidad y ruptura de un fenómeno y la forma de “conciliación nacional” propuesta por regresar a la normalidad civil tomó el carácter de imposición por parte de las nuevas élites para ocultar una realidad incomoda que prefería generalizar las culpas y por fin no juzgar a los criminales.
De hecho, la realidad es que elfulcro del cambio fueron los movimientos populares que pagaron su oposición con asesino y tortura y que finalmente lograron derrotar los regímenes incluso mediante la lucha armada.
En este sentido, pacificar las razones y los medios de esta resistencia significa mitigar también la validez de la acción popular que exigía cambios más radicales y una participación más amplia en la vida nacional.

Ladisputa por el presente en estos países encuentra su campo de batalla en el pasado y sobre todo en lo que se transmite del pasado en forma de historia, leyes y reglas.
Lo que legitima el poder actual ya no es el cetro y la corona sino más bien es la capacidad de imponer una justicia de uso oficial con medios que pueden ser a la vez suaves y violentos.
Entonces, en los países de la América...