Consejos de Maquiavelo A el Principe

Teniendo el príncipe menos motivos y necesidad de ofender a sus gobernados, está más amado por esto mismo; y si no tiene vicios muy irritables que le hagan aborrecible, le amarán naturalmente y con razón.
En los principados mixtos, los príncipes que hacen adquisiciones, si quieren conservarlas son necesarias dos coas; 1. Que el príncipe que es nuevo no altere sus leyes; 2. Que se extinga ellinaje que poseía el príncipe de estos estados.
Cuando se adquieren algunos estados en un país que se diferencia en las lenguas, costumbres y constitución, se hallan dificultades; y es menester bien propiciar la fortuna y una suma industria para conservarlos.
Los súbditos alegran de poder recurrir a un príncipe que está cerca de ellos, no a uno distante que lo verían como extraño. Así pues,residiendo el príncipe en el estado no podrá perdérsele si que experimente una suma dificultad para quitársele.
El mejor medio aparte del anterior consiste en enviar colonias a uno o dos parajes que sean como la llave de este nuevo estado.
La ofensa que se le hace a un hombre debe ser tal que los inhabilite para hacerlos temer de su venganza.
Si se tienen tropas en estos nuevos estados, en vez decolonias, se expende mucho porque es necesario consumir para mantenerlas.
El príncipe que adquiere una provincia cuyas costumbres y lenguajes no son los mismos que el de su estado principal, debe hacerse allí el jefe y protector de los príncipes vecinos que son menos poderosos que él e ingeniárselas para debilitar a los más poderosos que él.
Debe hacer que un extranjero tan poderoso como él noentre en su nueva provincia.
El orden común de las causas es que, luego que un poderoso extranjero entra en un país, todos los demás príncipes que son allí menos poderosos se le unan.
El único cuidado que hay que tener con los príncipes menos poderosos es el de impedir que ellos adquieran mucha fuerza y autoridad.
Si se conocen anticipadamente los males que pueden manifestarse, quedan curadosbien pronto.
No te bastará haber oprimido solo a la familia del príncipe, por que quedarán siempre allí varios señores que se harán cabezas del partido para nuevas mudanzas.
Cuando aquellos estados que estaban acostumbrados a vivir con sus leyes y en republica quieren conservarlas, es preciso abrazar una de estas tres resoluciones: debes arruinarlos, ir a vivir con ellos o finalmente dejar aestos pueblos sus leyes obligándolos a pagarte una contribución anual.
El que se hace señor de una ciudad acostumbrada a vivir libre, deberá contar con ser él mismo derrocado por ella, si no descompone su régimen.
Cuando las provincias están habituadas a vivir bajo la obediencia de un príncipe, se puede conquistar con más facilidad y asegurar la posesión suya.
El hombre prudente debe elegirúnicamente los caminos trillados por algunos varones insignes, e imitar a los de ellos que sobrepujaron a los demás, a fin que si no consigue igualarlos tengan sus acciones o al menos algunas semejanzas con las suyas.
En los principados que son nuevos en un todo, y cuyo príncipe, por consiguiente es nuevo, hay más o menos dificultad en conservarlos según que el que los consiguió es más o menosvaleroso.
Los que por medios semejantes llegan a ser príncipes y no adquieren su principado sin trabajo, pero le conservan fácilmente; debe notarse que no hay otra cosa más difícil de manejar, ni cuyo acierto sea más dudoso ni se haga con más peligro, que el obrar como jefe para introducir nuevos estatutos.
Conviene notar que el natural de los pueblos es variable. Se podrá hacerles creer muyfácilmente una cosa; pero habrá dificultad para hacerlos persistir en esta creencia. En consecuencia de lo cual es menester componerse de modo que cuando hayan cesado de creer sea posibles precisarlos a creer todavía.
El que consigue soberanía con el auxilio de los grandes se mantiene con más dificultad que el que la consigue con el pueblo.
Si el príncipe tiene por enemigo al pueblo, no...