Conspiración de Bondad

CONSPIRACIÓN DE BONDAD

Carlota E. Verbel Ariza

“Recuerda, lo que das te lo das, lo que no das te lo quitas”

En nuestro hábito de ir y venir deun monte de nuestra propiedad, mi marido acostumbra a dar monedas a las personas, normalmente mayores, que con una pala tiran tierra a los huecos de la vía. Un día deseaba llegar a Cartagena a unadeterminada hora, que él conocía, sin embargo una de estas personas estiro su mano, el paró y dio alguna moneda. Le reclamé recordándole que necesitaba el tiempo, y él me contesto; “déjame serfeliz “, relacioné de inmediato, su dicho con otro acto que habitualmente realizamos, desde que nos sucedió una vez.
Un día al llegar a un restaurante a la hora del almuerzo, nos saludóefusivamente, un antiguo profesor de la Facultad de Derecho; él estaba departiendo con otras personas.
Nos sentamos en nuestra mesa, hicimos el pedido, lo consumimos y al consultar por la cuenta, el encargadode la mesa nos dijo: “ya su cuenta esta pagada; el Dr. Barrios, la canceló”.
Desde ese momento, desee encontrar los términos adecuados para tratar este caso y hace dos días lo encontré y deseocompartirlo.
Se trata de un artículo escrito por Aldair Lara en la revista Selecciones de agosto de 1992.
Veamos: El artículo cuenta que una señora conductora de un automóvil rojo, llegó a lacaseta de peaje en el puente de Bahía de OAKLAND- SAN FRANCISCO, Estado de California y dijo:” pago mi cuota y la de seis vehículos que vienen detrás de mí,
Uno tras otro los seis siguientes automóvilesllegaban a la caseta, con su dinero en la mano.
¡Una señora que va adelante pagó por usted! explica el cobrador, ¡que tenga buen día¡ La mujer en cuestión había leído una nota pegada alrefrigerador en la casa de una amiga; “Practica el bien ciegamente y realiza irreflexivos actos de bondad “. Estas palabras la impresionaron y procedió a copiarlas.
A Judy Foreman le pareció...