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QUITO DECLARADA CAPITAL DEL ECUADOR |   |
24 de septiembre de 1830: El Primer Congreso Constituyente Ecuatoriano reunido en Riobamba bajo la presidencia del Dr. José Fernández Salvador la declara Capital de la República del Ecuador.
Sebastián de Benalcázar fundó Quito en las ruinas de una ciudad india el 6 de Diciembre de 1534. A lo largo de tres siglos del dominio colonial, Quito fueconstruido de acuerdo con las pautas fijadas por las leyes indígenas, llevando hermosos complejos arquitectónicos, caracterizados por los arcos, atrios, paredes y escaleras, diseñado todo para mezclar de manera armoniosa con el ambiente.
El primer grito para la Independencia en América ocurrió en Quito el 10 de agosto de 1809. Fue también en Quito, en 1822, que la lucha para la independencia fue ganadaen la decisiva Batalla de Pichincha, por un victorioso ejército rebelde comandado por el Mariscal Sucre.
Junto con Nueva Granada y Venezuela, Quito se unió a la Gran Colombia entre los años 1822 a 1830, cuando la guerra civil causó la separación de estos territorios. El 21 de septiembre de 1830, Quito fue nombrado capital de la recién nacida República del Ecuador. En octubre de ese mismo año,Quito fue establecida como la primera ciudad.

DROGAS Y DELICUENCIA
Los episodios que involucran diversas formas de violencia por parte de menores de edad han vuelto a poner en discusión, a veces con ligereza, el complejo escenario argentino que rodea la problemática de la minoridad, el delito y su relación con el abuso de sustancias psicoactivas.
Menores enmascarados vierten, últimamente casia diario, frente a las cámaras de televisión sus macabros testimonios, estimulados por el hambre periodística, en aras de "transmitir la realidad tal cual es". No es el centro de la discusión el rol de los medios de masas en este tema, pero valdría la pena abrir algunos interrogantes sobre la utilidad que estos métodos tienen. De lo que no queda duda es de su aporte, en la gran mayoría de loscasos, a vincular directamente la droga con el delito y promover las incalificables justificaciones de sus protagonistas en relación con sus actos.
Las sustancias psicoactivas aparecen en este escenario como elemento omnipresente. En el imaginario colectivo se establece una relación directa entre la sustancia, el menor y el delito, perturbando aún más las, frecuentemente difusas, barreras que marcanel nivel de responsabilidad de aquel que comete una transgresión a la ley. El comprensible dolor e impotencia de los afectados se unen a los efectos del torbellino social y la desprotección generando un discepoliano panorama en el cual todo es posible. Presos que habitan en comisarías e institutos superpoblados que fugan con precisión suiza o son prontamente liberados para después continuar susaga demencial son imágenes con las cuales hemos desarrollado una familiarización patológica. Penas más duras y un descenso en la edad de imputabilidad son reclamados por un amplio sector de la población como búsqueda ilusoria de la seguridad perdida.
Como contraparte se alzan las voces garantizadoras que interpretan el problema desde una perspectiva social, en el marco de los derechos humanos,entendiendo el problema de la violencia y la droga como causas de un malestar que debe ser atendido desde esa perspectiva, lo cual es indispensable. La zona de conflicto entre ambas líneas de pensamiento, punitiva y garantizadora, se ve peligrosamente plasmada en desaciertos concretos: agentes del sistema judicial que otorgan a menores delincuentes que consumen drogas un tratamiento como si fuesenadictos y la sociedad que ve en cada adicto, menor o mayor de edad, a un potencial o declarado delincuente. ¿Cómo romper el dilema represión y mayores castigos contra derechos humanos y garantías constitucionales? Tanto el sistema judicial como todos los actores sociales con cierto grado de influencia sobre terceros deberían evaluar qué tipo de mirada están utilizando al ver a ese joven drogado...